El presidente de la Xunta recordó a las víctimas de la COVID-19 durante su mensaje de felicitación de 2021
El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, felicitó el nuevo año recordando a los gallegos y gallegas que se llevó por delante la COVID-19. Felicitó la labor de los sanitarios y llamó a seguir en alerta aún cuando haya vacuna porque el coronavirus no ha terminado. El mensaje dice así:
Muchos de ustedes recordarán este escenario. A lo largo de este año, en numerosas ocasiones, utilicé este mismo atril para comunicarles datos sobre la evolución de la pandemia, acuerdos relacionados con la situación sanitaria y medidas para combatir la covid-19.
Mi primer mensaje tiene que ser para recordar a aquellos gallegos que nos dijeron adiós para siempre jamás por culpa de la pandemia.
Y también para sus familias, y para todas las que en este año tan difícil despidieron a un ser querido por cualquier razón. Fue un año en el que ni siquiera pudimos decir adiós como nos gustaría a los que se fueron. Sabemos que ese inmenso vacío nunca se podrá compensar.
Hoy quiero utilizar de nuevo este atril para compartir con ustedes la idea de que este fue un año para olvidar. Pero también para recordar.
Fue el año en el que estuvimos confinados. Fue el año de las medidas de prevención a las que no estábamos acostumbrados. El año en el que muchas familias sufrieron dificultades de todo tipo que nadie esperaba.
Sin embargo, estos meses también tienen otra cara que nos permite sentir un legítimo orgullo. Todos pensamos en los profesionales sanitarios que dieron lo mejor de sí para curar y salvar vidas. Y en los trabajadores de las residencias de mayores que los cuidaron y los protegieron de la soledad.
Todos tenemos presentes a los profesionales educativos y a los niños y adolescentes que se adaptaron a nuevas normas de manera admirable. Y a aquellos que se esforzaron por mantener servicios indispensables para nosotros. Todos admiramos a los que nunca se rindieron, a la gente solidaria que sentimos cerca de nosotros en esos momentos angustiosos.
Galicia afrontó esta prueba inédita con resolución y sin miedo. En los hogares, en los centros de trabajo, en las calles, la mayoría de nuestra gente mostró lo mejor de sí. La distancia social se combinó con una cercanía cívica.
Este también fue el año en el que nos dimos cuenta de que cada gallego es imprescindible. Formamos un pueblo en el que todos dependemos de todos. Un pueblo en el que juntos somos más fuertes.
Galicia dio la talla como Comunidad y también como un conjunto de instituciones capaces de trabajar armónicamente. Todas nos esforzamos por trasladar a la gestión de la pandemia los dos aspectos más salientables de la respuesta que dio la sociedad gallega: rigor y afectos.
Tan importante como arbitrar medidas rigurosas basadas en criterios de expertos, es cuidar esa afectividad que nos hace sentir parte de una ciudadanía solidaria en la que nadie es ajeno. Se volvió a evidenciar esa Galicia entendida como hogar común, como familia.
Esa respuesta social es aún más meritoria habida cuenta la complejidad de las medidas que nos vemos obligados a tomar. Sé que modificamos normativas con frecuencia para adaptarlas a una situación cambiante. Sé que afectamos todos los aspectos de la vida cotidiana, incluidas estas Fiestas. Sé que la llegada de la covid truncó proyectos personales y profesionales. Sé también que aún hoy hay muchas personas que temen por los efectos económicos que tendrá para sus familias. Autónomos, profesionales de la hostelería, empresas que viven esta Navidad con incertidumbre de cómo afrontar todo esto.
Lo sé y lo siento de todo corazón. Pero también sé que comprenden que cada medida adoptada en Galicia tuvo como objetivo protegerlos a todos, a todos ustedes, y poder continuar como una de las comunidades con mejor comportamiento en esta pandemia. No es un consuelo porque la afectación también aquí es muy importante, pero es una motivación para seguir tomando las decisiones que sean necesarias el tiempo que aún sea preciso.
Por supuesto, las seguiremos adoptando acompañados siempre de los expertos del Comité Clínico, a los que nunca les agradeceremos de sobra las horas y el esfuerzo que han dedicado a pensar en lo que es mejor para todos.
Y las adoptamos también acompañados de la mayoría de los gallegos, que respetan y cumplen las normas.
Les pido, porque no puedo dejar aún de hacerlo, que sigan siendo responsables. La vacuna que los gallegos ya están recibiendo, y que se va a extender poco a poco, es el principio del fin. Pero no cometamos el error de pensar que en este momento ya todo finalizó, porque no es así. Hace falta que sigamos siendo escrupulosos en el cumplimiento de las medidas de prevención. Sigámoslo haciendo por cada uno de nosotros, por los que queremos y por todos.
La crisis del coronavirus aún sigue exigiendo rapidez en las decisiones, eficacia y precisión, requisitos que no siempre son fáciles de conciliar. La mayoría de ustedes lo aceptaron responsablemente, a pesar de las molestias y problemas que se ocasionaron y ocasionan. Y debo decirles que, en cada respuesta que estuvo a la altura, encuentro inspiración para la política.
Defiendo una política ejemplar porque ejemplar también es la sociedad a la que representamos. Defiendo una política basada en el consenso porque el pueblo también afronta los problemas y las ilusiones con unidad. Defiendo esa política consciente de que hace falta defenderla porque no siempre se practica. Y ustedes la merecen.
No lejos de donde me encuentro, la Catedral de Santiago luce ya un nuevo aspecto exterior e interior después de las importantes obras de restauración realizadas. Es un hecho lleno de simbolismo. La Catedral es una de las imágenes de la Galicia que perdura tras recorrer un largo camino. Es consecuencia de muchos esfuerzos y reformas que dieron como resultado un conjunto armónico que resiste todos los desafíos. Es un resumen de la Galicia que se apresta a celebrar el Xacobeo del 2021.
Hay motivos para esperanza. No tenemos certezas, pero sí indicios de que esta mala etapa del camino tendrá pronto un final, cuando las vacunas que se están comenzando a poner lleguen a todos.
Hay motivos para la confianza. Porque los mismos gallegos que afrontamos con tesón la pandemia somos los que ahora vamos a pelear la recuperación.
Cuando ese momento llegue, Galicia está preparada para aprovechar las medidas de reactivación que la Unión Europea acordó. Lo vamos a hacer con responsabilidad y sobre todo conscientes de que ningún gallego puede quedar a la margen. Si estamos luchando juntos contra la pandemia, juntos nos volveremos a erguir y avanzar.
Y, sobre todo, hay motivos para la ilusión. En muchos de ustedes, en las familias más dañadas, será algo más difícil encontrarlos. Pero también llegarán.
Los nuevos gallegos que nacieron este año.
Los padres y las madres o los abuelos y las abuelas que lo fueron por primera vez.
Aquellos que finalizaron sus estudios y superaron una nueva etapa de la vida.
Los que reabrieron sus negocios llenos de expectativas.
Los que, pese a todo, no dejaron de crear.
Todos ellos nos enseñan que siempre hay motivos para seguir adelante.
Hoy aún vivimos una Navidad en la que muchos afectos tienen que manifestarse a distancia y en medio de limitaciones. Es difícil no poder estar con los que queremos, tenerlos lejos.
Pero es un precio que hoy hay que pagar para que el mañana sea muy distinto. Un mañana de abrazos, reuniones y felicidad.
Un mañana en el que la Galicia herida deje paso a la Galicia esperanzada que todos ansiamos y que sin duda llegará.
Un mañana en el que el camino tan duro que hicimos este año merezca la pena porque veamos el final, lleguemos a la meta y nos volvamos a disfrutar como nos merecemos.
Que el 2021 sea un año mejor, un Año Xacobeo.