No al abuso y maltrato en la vejez

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La Confederación Estatal de Mayores Activos desarrolla una campaña en el Día mundial de toma de conciencia del maltrato a los mayores

La Confederación Estatal de Mayores Activos (CONFEMAC), en colaboración con los ayuntamientos del territorio nacional adheridos como el de O Barco de Valdeorras, están desarrollando una campaña de sensibilización teniendo en cuenta que hoy, 15 de junio, es el «Día mundial de toma de conciencia del abuso y maltrato en la vejez».

Con esta iniciativa quiere concienciar a la ciudadanía de que el maltrato hacia las personas mayores es una realidad social oculta, porque no se habla de ello, y ocultada por las propias personas mayores, porque no es fácil alzar la voz cuando la persona que maltrata es la misma que cuida, según CONFEMAC.

Detectar el abuso y maltrato en la vejez exige mucho esfuerzo y se ha de abordar con delicadeza. Por eso, es importante concienciar, sensibilizar y abrir los ojos, ante conductas que se consideran normales y no lo son, son maltrato.

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CONFEMAC pone también a disposición de toda la ciudadanía el Teléfono del Maltrato a las Personas Mayores, 900 656566, cuya misión consiste en orientar a las personas que llaman.  Es un teléfono gratuito para todo el Estado que, en año y medio, ya ha atendido algo más de 600 casos, de los cuales, el 64% afectan a mujeres y el 38% a hombres.

Respecto a los tipos de maltrato, el más notificado es el maltrato psicológico 46%, seguido en este orden por los siguientes: físico 27%, económico 22%, abandono o negligencia 18%, y contra la libertad y derechos básicos de la persona 16%.  Hasta la fecha no han sido notificadas situaciones de abuso y/o maltrato de índole sexual.

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El colectivo apunta como dato que, según las llamadas recibidas, el 71% de las situaciones de abuso y/o maltrato han tenido lugar en el ámbito familiar y el 29% en instituciones. Hablamos de ámbito familiar cuando la persona maltratada sigue viviendo en su propio domicilio o en el domicilio familiar.

Las llamadas recibidas son en un 35% por parte de hijos/as, 20% otros familiares, un 15% de vecinos/as, un 13% las propias víctimas y en un 7% de los casos son los profesionales.

Derecho a decir «No»

La Confederación Estatal de Mayores Activos cuenta que al llegar a la jubilación se suelen dejar atrás responsabilidades, compromisos y la vida acelerada de la etapa laboral. Las personas experimentan una “liberación” a tres niveles: trabajo, familia y deudas.

Además, la mayoría pueden disfrutar también de los “vientos a favor” de tener una salud bastante aceptable, unas relaciones afectivas positivas con personas queridas, una economía holgada y, por encima de todo, libertad para decidir en qué ocupar el tiempo, y cómo vivir esta etapa de la vida, cada vez es más larga.

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Por ello CONFEMAC recuerda que la responsabilidad de los hijos es de quienes los traen al mundo. «Contar con el apoyo de los abuelos para cuidar a los nietos es extraordinario siempre y cuando estén de acuerdo en colaborar», pero sin imposiciones.

Además, tras la jubilación, las personas siguen teniendo vida y proyectos propios así como el derecho a ser respetados por su entorno.  Este argumento es igualmente válido para la forma en que las personas mayores gastan su dinero, con quien se juntan, a dónde viajan o con quién hacen sus propios planes.

Por eso desde la Confederación Estatal de Mayores Activos (CONFEMAC), «defendemos la libertad de cada persona para elegir como quiere vivir su vejez y defendemos el derecho a decir No, cuando haya que decirlo, sin complejos».

En este sentido sugiere a la nueva generación de mayores “vacunarse” contra los diferentes tipos de abuso y maltrato en la vejez. Muchas veces se trata de conductas que son consideradas como normales, «pero no lo son, son maltrato».

El maltrato en la vejez va más allá del daño físico y es sufrido y silenciado por las propias personas mayores que no se sienten con fuerza para alzar la voz.

Estereotipo edadista

El colectivo argumenta que existe una percepción social más o menos generalizada de que el fin de la etapa laboral es el principio del fin. Y aunque es cierto que físicamente no se está igual que con veinte años, también es verdad que otras dimensiones de la persona están en estas edades mucho más maduras y desarrolladas que cuando se era más joven. Esa visión deficitaria, tan presente en nuestra cultura, es un estereotipo edadista que denigra la imagen de las personas mayores.

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Sería bueno abandonar frases como “tú ya no entiendes de esto”“eso ya no es para personas de tu edad”, porque ese tipo de expresiones son edadistas, coartan la libertad de decisión de las personas mayores sobre cuestiones importantes de su vida y limitan sus posibilidades de desarrollo personal. Para comprender el alcance negativo de esas afirmaciones, lo mejor es ponerse en el lugar de quien las recibe y practicar la empatía.

«La atención humanizada no es más cara»

Sensibilizar contra el abuso y maltrato es el camino, pero la meta final es el “buen trato” y éste pasa por la humanización de los profesionales para humanizar. Construir unas relaciones plenamente humanas en las que no haya nadie más que nadie, en un contexto de igualdad y respeto es cosa de todos, tanto en el ámbito familiar como en el institucional. El camino a recorrer en ambos escenarios es largo todavía, según la CONFEMAC. La mejor forma de prevenir el maltrato y de hacer realidad el buen trato en la familia es con relaciones sanas, marcadas por una comunicación eficiente.

En las instituciones, hace falta un importante cambio del enfoque de la gestión —añade— centrada ahora en la eficiencia de los recursos, por el punto de mira en la persona, que es la que da sentido a todo lo demás. Una atención humanizada no es más cara, y es mucho más gratificante para mayores y para profesionales, que aquella que solo mira la cuenta de resultados.

Una llamada amiga contra la soledad

CONFEMAC puso en marcha a finales de marzo de 2020 “Una llamada amiga” para atender los problemas de soledad de personas mayores, agravada con el confinamiento. Mediante este programa se realiza un acompañamiento de personas voluntarias a personas que viven situaciones de soledad no deseada.

Aunque este proyecto surgió como respuesta al primer confinamiento en 2020, la aceptación y resultados han impulsado a la Confederación a continuar con este programa más allá de las circunstancias de la pandemia.