Las próximas horas serán decisivas para resolver la «incógnita» sobre cómo será el gobierno local de A Rúa. Más que con la «almohada», José Vicente Solarat López tendrá que consultar con los 13 de su lista, el RUA, partido que tiene la «llave» de un gobierno en mayoría. Tomará la decisión en cuestión de unas horas pues la deliberación se inicia esta noche.

En los últimos días, el RUA se ha reunido primero con el PP y, después, con el PSOE. En ambos casos, se ha sentado a negociar con la única distancia que marca la mesa oval del salón de plenos del Concello y la cercanía de aproximar posturas, programas y una visión más o menos común sobre el futuro de A Rúa.
Aún cuando todavía podrían darse movimientos de última hora sobre el «tablero» político, el BNG ha permanecido al margen de la ronda de negociaciones con el RUA a pesar de que «nos parecía imprescindible dadas las circunstancias», dice Solarat.

La ausencia nacionalista cierra la puerta a un tripartito. Y es que un acuerdo RUA-PSOE no daría mayoría suficiente para gobernar, teniendo en cuenta que cada uno tiene dos concejales frente a los 4 del PP y los 3 del BNG.

Así las cosas, el próximo 15 de junio, día de la constitución de las Corporación y de la investidura del alcalde, la decisión del RUA sólo puede seguir dos caminos: favorecer el gobierno en minoría del PP de Álvaro Fernández —mediante la abstención o la votación sí mismo— o propiciar un gobierno en mayoría —votar al candidato del PP—.
En el proceso de negociación RUA-PP, Álvaro Fernández, solicitó al RUA su apoyo a la investidura, como señal de confianza, apelando a la estabilidad que supone un gobierno en mayoría. Mostró su disposición a aceptar las propuestas de los independientes, entre ellas la de llevar una tenencia de alcaldía, pero una vez definidas o delimitadas y dentro de los márgenes de lo «razonable».

Por su parte, el candidato socialista, Luis Fernández Gudiña,dijo que la reunión con el RUA sirvió para explorar las posibilidades de un gobierno de progreso, destacando la importancia de intentarlo aún cuando es consciente de que no podría resultar un gobierno en mayoría. En este sentido, valora que aún cuando no se llegase a ningún acuerdo, siempre hay que dialogar.

El pacto socialista con el RUA sólo tendría viabilidad con la entrada del BNG, algo que no se va a producir porque acaba de señalar que da por finalizadas las negociaciones, tildando de «deslealtad» a su socio natural, el PSOE, entre otras cosas por negarse a dar sus votos ante una «posible investidura» y por haber sido receptivo por «una utópica propuesta del RUA de propuesta de alcaldía para el PSOE menospreciando a las 1.136 personas que creyeron en un gobierno de progreso».

Sin tripartito de por medio, la elección se reduce al PP. El RUA tiene la última palabra en la formación del gobierno local, en mayoría o en minoría, y la revelará en unas horas.