«Yo soy fargalleiro»: la máscara primitiva del Entroido de A Rúa

El fargalleiro de A Rúa
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Cumple 25 años como máscara recuperada si bien sale cada Entroido desde tiempos inmemoriales

El «fargalleiro» de A Rúa cumple nada menos que 25 años como máscara recuperada, si bien su edad es mucho más elevada. Sale cada Entroido desde tiempos inmemoriales. Es la máscara típica del Entroido más ancestral que volvió a la vida en A Rúa Vella gracias a la Comparsa A Ruada, agrupación cultural que en 1995 recuperó la máscara e indumentaria.

Para ello, se valió del testimonio oral de las personas ancianas. Desde entonces, y aún cuando no es una de las máscaras más conocidas, mantiene viva su tradición ocupando una parte más del Entroido de A Rúa.

Los fargalleiros de A Rúa fueron recuperados por la Comparsa A Ruada en 1995

En los últimos años, esta máscara ha suscitado curiosidad de historiadores y etnógrafos gallegos que se dedican al estudio del Entroido y las costumbres, quedando inmortalizada también en diversos libros.

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Pero ¿cuáles son las particularidades del fargalleiro?

Carmen Álvarez, integrante veterana de la Comparsa A Ruada y una de las personas que ayudó a revitalizarlo, relata que los elementos propios del fargalleiro son un mantón de manila coloreado, adornado con múltiples lazos; camisa y calzón blancos;una máscara metálica a modo de colador y un pañuelo como sombrero, además de una vara de madera (alguna con cencerro) y buen número de cascabeles para repartir su sonido metálico allá por donde pasa.

Integrantes de la Comparsa A Ruada, entre ellas Carmen Álvarez, que ayudó a recuperar el fargalleiro

La historia del «fargalleiro» se remonta a un pasado muy lejano. Siempre salía en carnaval, hasta que estalló la Guerra Civil, fecha en la que el Entroido sufrió la prohibición de máscaras condenando a la pérdida del fargalleiro.

«En 1995 recuperamos la máscara. Nos guiamos por la descripción que hacían las personas mayores y lo fuimos recomponiendo y cosiendo. Fue una tarea preciosa. Así se recuperó», indica Carmen Álvarez.

Como ocurre con otras máscaras, una de las finalidades del fargalleiro era asustar

Explica que esta figura primitiva del Entroido de A Rúa dirigía o encabezaba las comparsas de carnaval para que la gente no se acercase. Como ocurre con otras máscaras, infundía temor, principalmente a los niños pues corría detrás de ellos.

El fargalleiro llamaba la atención. Con su vara y sus cascabeles saltaba, bailaba y asustaba a los vecinos.

Hace 25 años, durante el proceso de recuperación, la parte más complicada fue reproducir con exactitud la careta de la máscara. Las personas mayores decían que era agujereada y metálica de modo que se optó a lo que era más parecido, un colador.

El fargalleiro volverá a salir este Entroido dando vistosidad y colorido al desfile de A Rúa.

«Yo soy fargalleiro, tengo muchos años y soy la máscara primitiva del Entroido». Este es el espíritu que desprende la figura más ancestral de A Rúa y que, a buen seguro, se dejará notar con fuerza este Entroido.