El Concello llama al civismo de los que infringen las normas
Vilamartín ha sido víctima del vandalismo en las últimas horas. El Ayuntamiento ha puesto en conocimiento de la Guardia Civil la aparición de pintadas en el mobiliario público, además del robo de plantas. A ello hay que sumar «carreras ilegales» en la carretera que lleva de Córgomo a San Vicente.
La falta de civismo, practicada siempre por un minúsculo grupo que no representa a la población, se traduce así en un ataque al bien común, que pone sobre la mesa la incomprensión de que el patrimonio público, y su mantenimiento, es cosa de todos.
Los actos vandálicos suponen un coste añadido para las arcas municipales. Borrar las pintadas supondrá un desembolso económico elevado, una operación de limpieza que, además puede llegar a tornarse imposible por la resistencia o adherencia de determinados tipos de pintura.
Ensuciar no es un acto de protesta, es gamberrismo.
En cuanto al robo de plantas y flores, el Ayuntamiento ha tenido que proceder a la reposición de las jardineras de la localidad hasta 12 veces por el hurto de las mismas.
Las carreras de coches también preocupan. Son una amenaza seria y directa contra la seguridad vial.
Con la decepción e impotencia que provoca el vandalismo, el Concello llama a cuidar y respetar el pueblo, que es de todos, e invita a que los vecinos denuncien si son testigo de comportamientos incívicos.
.
