Ricardo Gurriarán: «El Club Peña Trevinca es un símbolo, dejó una impronta de libertad y europeísmo»

Publicidad

O Barco acogió la presentación del libro «Peña Trevinca, Montañeros de Galicia” (1944-1950), que rescata la revista pionera en el ámbito del montañismo

O Barco acogió la presentación del libro «Peña Trevinca, Montañeros de Galicia” (1944-1950), editado por Alvarellos, con el patrocinio del Ayuntamiento de O Barco. Su «puesta de largo» contó con la asistencia de Ricardo Gurriarán, responsable de la edición facsimilar (propietario de los cuadernos originales de la revista); el editor, Enrique Alvarellos; el geógrafo Valeriá Paul; el alcalde, Alfredo García y concejales así como un nutrido público, entre el que estuvieron miembros del Club Peña Trevinca.

Publicidad

Ricardo Gurriarán inició su intervención citando a un buen número de personas vinculadas a la montaña de Trevinca, desde «el mejor cocinero de Fonte da Cova, Ricardo Dacal» hasta Ángel Fernández (Gelo), «que fue uno de los introductores especiales de mis también especiales aficiones, al que le debo mucho. Fue el que me empujó a meterme en el mundo del ámbito de la investigación», detalló.

Ricardo Gurriarán también nombró a la «segunda generación» del club, personas vinculadas a Trevinca como «Manolo Curís«, cuyo «padre fue uno de los importantes asociados del Club Peña Trevinca; Gustavo e Isabel, dos montañeros activos; Manuel Vega, con el que «representamos al club en diferentes campeonatos de esquí y lo pasamos muy bien»; los «primos Gómez» —Lolo y Gustavo—, dos personas amigas desde la infancia con las que veraneamos muchos meses de agosto en Fonte da Cova; el «amigo Martínez»; la representación actual del club como es su presidente, Miguel; el concejal de Deportes; el sobrino de Luis Nogueira, montañero fallecido recientemente, el hombre que interrelacionó las sierras próximas de Valdeorras con el macizo de Trevinca; «Xiri», «Cholo» y otras muchas personas más. En definitiva, amigos de siempre, amigos de la montaña de Trevinca.

Publicidad

Ricardo Gurriarán valoró que el libro es la presentación de un símbolo para varias generaciones de Valdeorras y, concretamente, de O Barco.

Publicidad

Agradeció la participación del Concello en este proyecto; la tarea de Enrique Alvarellos, el editor «que puso en valor una colección prácticamente olvidada» y al geografo, Valeriá Paul, «el intelectual académico más versado sobre el montañismo, que le dio un empuje especial a la edición facsimilar con un conocimiento de la montaña», precisó.

Recordó a su padre, Gonzalo Gurriarán, cuya estela perdura. «Empezó haciendo excursionismo aquí y con ilustres ilustrados, valga la redundancia, como Tertuliano Hervella (que fue presidente de la segunda directiva) y José Núñez, dos pilares fundamentales de la cultura valdeorresa. Hacían excursiones e incluso iban a un refugio que tenía en Ricosende José Núñez. Allí pasaban días y después subían a Trevinca», relató remarcando que todos ellos promovieron en su padre un interés por la naturaleza.

Ricardo Gurriarán profundizó en la historia del Club Peña Trevinca, creado en 1944, que pese a las circunstancias adversas de aquellos tiempos, nació independiente de la denominada «suficiente adhesión», el certificado que imponía la dictadura franquista para todo tipo de actividad; un nacimiento que se gestó un año antes por «azar: Después de cruzarse con unos montañeros vigueses, se proponen montar un club y tirar para adelante», dijo Gurriarán.

Ricardo Gurriarán valoró que la red de amistades que tenía su padre, Gonzalo Gurriarán, fundamental en el club, entre ellas ex compañeros de la residencia estudiantil e incluso «represaliados». «Llama mucho la atención que fuese socia Amalia Álvarez Gallego, la viuda de Alexandre Bóveda; o también profesores y catedráticos de la Universidad de Santiago expulsados como Fernando Calvet Prats (químico más importante que tuvo Galicia)», contó.

Destacó que del 50 por ciento de los asociados, el 20 por ciento eran mujeres. La primera socia del club fue Pilar Rodríguez Arias. «La presencia femenina tuvo un peso específico muy importante. La coeducación, la cocultura y la convivencia fueron sus elementos fundamentales del Club y también su refugio de Fonte da Cova».

Detalló que en la historiografía deportiva, el club llegó a tener más de un millar de asociados. «Pocos deportes llegaban a ese nivel de asociacionismo, máxime siendo un club no subsidiado a ningún tipo de actividad ideológica, ni corporativa, lo que constituye un hito en la historia deportiva del país».

El Club Peña Trevinca tuvo también un sello cultural además de suponer la cobertura de un ocio para la juventud. Gurriarán explicó que si en un primer momento la burguesía social y comercial se hizo socia, a partir de los años 50 se fueron incorporando jóvenes hasta hoy, cuando celebra su 75 aniversario. «Siempre es un triunfo asociativo que una entidad de este corte perdure tres cuartos de siglo», añadió.

Recordó que el club desarrolló los primeros campeonatos mixtos de hombres y mujeres. «En O Barco residió la Federación Galega de Esquí en 1947», puntualizó. Trevinca acogió los primeros campeonatos de esquí, con una participación de más de 200 competidores.

Los boletines de la revista, argumentó, «a parte de dar consejos y describir itinerarios de montaña y senderismo, tenía inquietud por la deriva del cientifismo universitario, de academia. A partir de 1945, el club de montaña de la Universidad Santiago, por medio del catedrático Aniceto Charro, lo integró en el Club Peña Trevinca y aquel fue un paso muy importante para que el alumnado superior se incorporase a las prácticas naturales a través de la afiliación al Club».

Ricardo Gurriarán también significó que el primer refugio donde se pudo pernoctar fue en la mina de Casaio, «cuando aún no habían perdido la guerra los alemanes.

Dijo que el libro recoge también la relación de su padre con Florencio Delgado Gurriarán, en 1948, el primer poema en gallego de Florencio y estrofas de este autor dedicadas a Trevinca.

«Diría que el Club Peña Trevinca dejó una impronta de libertad, de europeísmo yrigor a la hora de llevar el club. El libro una especie de joya que podemos ver y tener todos los que tenemos una relación directa con el club, un recuerdo», concluyó.

Enrique Alvarellos: «Estamos ante una revista única que cobra vida gracias a esta edición facsimilar»

Enrique Alvarellos, editor del libro, dio las gracias al Concello por implicarse con una publicación de estas características, que al tratarse de un facsímil, «requiere una reproducción escaneada para que se vea con la mejor calidad posible. Necesitamos instituciones que nos apoyen y el Concello de O Barco hizo viable la publicación».

Recalcó que Valeriá Paul es el geógrafo que contextualiza y le da «brillo académico» a la publicación, que recupera los colores, el tipo de papel y el formato de la vieja revista.

Destacó los trabajos introductorios de tres geógrafos de la Universidad de Santiago y el cuidado de la edición a cargo de Ricardo Gurriarán, el padre del libro, «del que existe una edición completa que heredó de su padre, Gonzalo Gurriarán», puntualizó.

«Estamos ante una revista única que ahora cobra vida gracias a esta edición facsimilar y que, por ello, desde el punto de vista editorial tiene mayor entidad», precisó Enrique Alvarellos.

Citó a Florencio Delgado Gurriarán, que publicó su primer artículo en gallego en esta revista, al igual que Otero Pedrayo y grandes geográfos y estudiosos de la montaña.

Calificó de «seductor» el proyecto de Ricardo Gurriarán y subrayó la «química» entre ambos, que hizo más «feliz la recuperación».

«El tono de esta revista empatiza muy bien con lo que quería Ricardo Gurriarán con aquella quinta de los difíciles años 40, concretamente mejorar, como bien dice Ricardo en una carta, el nivel de vida y la cultura, dos ideas principales de una publicación que siguen siendo el eje y mensaje a transmitir».

Valeriá Paul: «Es un intento de colocar a las montañas de Trevinca en el imaginario gallego y homologarlas a nivel mundial»

Valeriá Paul, geógrafo del libro, recordó que la primera vez que vio la revista fue en página web de 2005, escaneado desde hacía tiempo: «No entendí nada». Años después, en 2014 o 215 «hablando con Ricardo Gurriarán nos explicó que existía la colección entera. Fue entonces, cuando realizamos unas fotocopias y a partir de ahí «conocí la riqueza de estos materiales, que estaban perdidos. Lo primero que hubo que hacer fue reconstruir el facsímil».

Contó que la revista tiene gran trascendencia «en la construcción de la imagen de la montaña de Trevinca. Es una revista que se expande mucho proyectando dicha imagen. Por ejemplo, qué entedemos por Trevinca, más allá del pico, que contagia una área muy generosa que se conoce por montañas de Trevinca».

Dijo que lo más importante es homologar la importancia de la montaña y los picos, darle características alpinas, pues no estaba ni escrito, así como sus atributos, las prácticas deportivas como el esquí, que son propias de estas montañas singulares.

«Es un intento de colocar a las montañas en el imaginario gallego, que funciona poderosamente, y también de homologarlas a nivel mundial. Es algo que ocurre en los años 40, en un contexto tremendamente difícil», puntualizó

Y resaltó la importancia de presentar el libro en Valdeorras, en su contexto, que es donde nació, «que es donde tiene lógica y sentido».

Alfredo García: «El Concello de O Barco apoya la recuperación de la memoria histórica de Peña Trevinca»

El alcalde de O Barco, Alfredo García, tildó de muy relevante este libro por ser «la recuperación de la memoria histórica de Peña Trevinca».

Dio a conocer que cuando se planteó el proyecto de recuperar los cuadernos originales desde el Club Peña Trevinca, » e intentar publicarlos exactamente igual que eran y estaban, consideramos que era una ocasión que no se podía dejar pasar para recobrar la mejor parte de la historia» del enclave.

Alfredo García recordó la ilusión que movieron proyectos en torno a Trevinca, aún cuando algunos no prosperasen después de «intentarlo con todo su esfuerzo».

El regidor destacó que el Concello respalda la cultura, apoya todas las iniciativas que sean de interés para el municipio de O Barco. En este caso se trató de recobrar y de poner a disposición de vecinas y vecinos una parte importante de «nuestra historia, de la que formaron parte muchas personas», que estuvieron en el acto de presentación, «y que son conocedores de primera mano de esta realidad».

La revista, calificó Alfredo García, fue pionera en el campo del montañismo y la naturaleza; contó con firmas tan relevantes como las de Ramón Otero Pedrayo y el propio Florencio Delgado Gurriarán, recientemente elegido como homenajeado de las Letras Galegas de 2022.

Dio las gracias a Ricardo Gurriarán por «tener esa costumbre, tan buena, de guardar todo y de tenerlo siempre a mano», dijo en alusión a los cuadernos originales que permiten ahora contar «la historia a los valdeorreses», añadió.