Patricia Lamela, la alcaldesa en primera línea del coronavirus

Patricia Lamela, alcaldesa de Larouco
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Auxiliar de Enfermería en el Hospital del Bierzo, vive en primera persona el alcance de la COVID-19 y ya se ha vacunado: «Me vacuné por responsabilidad, el virus vino para quedarse»

La alcaldesa de Larouco, Patricia Lamela, es una de las sanitarias en primera línea del coronavrus. Trabaja como auxiliar de Enfermería en Urgencias del Hospital de Bierzo, centro en el que hay 80 personas ingresadas por el virus (la semana pasada superaba el centenar). Vive en primera persona el alcance de la COVID-19, siendo espejo de todos y cada uno de los sanitarios que están en el «frente» de la pandemia.

Su día a día está marcado la COVID-19 y la sensación que éste provoca de deslizarse por la «cuerda floja». «Los sanitarios estamos cansados», dice en alusión a la pandemia y al comportamiento del grupo de ciudadanos que todavía siguen haciendo caso omiso a las restricciones.

Ella ha sido una de las receptoras de la vacuna. «Mi caso no podrá generar polémica», bromea en alusión a aquellos que se vacunaron sin que les llegase el turno. La vacuna le produjo cierto temor a lo «desconocido». Después de recibir la segunda dosis de Pfizer, le quedan siete días para estar inmunizada.

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Se ha vacunado «por responsabilidad». Cree que con o sin vacuna, va a haber COVID19 para rato. «El coronavirus vino para quedarse», dice muy convencida.

El día a día de Patricia Lamela arranca en el Concello de Larouco a las 10 de la mañana, donde gestiona la actividad municipal, recibe a vecinos y vecinas y se ocupa de su tarea como regidora. Lleva las riendas del municipio más pequeño de la provincia. No tiene dedicación exclusiva. Cada tarde viaja hasta El Bierzo para desarrollar su trabajo en el Hospital de la citada comarca leonesa. «Tengo que estar al cien por cien aquí y al 110 por cien allí», señala, en alusión a sus jornadas maratonianas donde el tiempo se convierte en escaso para acometer sus múltiples tareas.

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El reciente brote en la residencia de Larouco, cuando ya habían sido vacunados los mayores, le causó tristeza y preocupación. «Ahora todo parece indicar que ya se ha estabilizado», dice aliviada.

Patricia Lamela relata su experiencia en el ámbito sanitario, ejemplo de la vida de tantos otros que están «al pie del cañón» y que sueñan con que los tiempos de COVID-19 se borren para siempre.

Trabaja todos los días en primera línea del coronavirus ¿cómo lo lleva?

Los sanitarios estamos cansados. Estoy cansada, sí. Seguimos viendo actitudes irresponsables. Todos los días hay que enfrentarse a un virus cuyas consecuencias en muchas personas son la muerte. Observo que la irresponsabilidad de una parte de la población es cada día peor. Hay gente que aún no es consciente de todo lo que se vive cuando una persona enferma de COVID-19. Veo un poco de relax por parte de alguna gente y que algunas intentan hacer la trampa para saltarse las medidas o restricciones que impone Sanidad.

Enfundarse en los Equipos de Protección Individual (EPI) cada vez que le toca la «sección COVID» de Urgencias, ¿sigue siendo poco soportable o ya se ha acostumbrado?

Pues son siete horas con todo el equipo y material puesto encima, que impide prácticamente que puedas ir al baño, comer etc, pues habría que desvestirse para hacerlo, algo que no es posible a no ser que tengas pocos pacientes. Si el turno es de noche, son 10 horas. El protocolo es una rutina, pero se hace largo. Después está siempre con el miedo al contagio, de traer algo para casa. Es duro.

Patricia Lamela, alcaldesa de Larouco

Ya está vacunada. ¿Le ha supuesto tranquilidad o todavía persiste el miedo al virus?

El miedo siempre está ahí. Me vacuné por responsabilidad. Me he dado cuenta que el coronavirus vino para quedarse. La vacuna no es la garantía absoluta. Hay que seguir cuidándose y tener todas las precauciones.

¿Tuvo efectos secundarios?

Sí. Mucho cansancio y dolor muscular. Además, te plantea muchas incógnitas, por ejemplo si habrá que volver a vacunarse en el futuro etc.

¿Hay que seguir solicitando a los ciudadanos un poco más de solidaridad para evitar contagios?

Creo que sí. Es muy complicado. La esperanza no se pierde, pero la situación cansa y también el comportamiento de los demás. Cansados estamos todos y no por ello me salto las normas.

El brote en la residencia de Larouco ya se ha estabilizado

Sí. Lo siento muchísimo por ellos porque tienen que estar confinados en sus habitaciones, porque las personas mayores son los que más lo sufren. Confío plenamente en la residencia porque se realizan todos los protocolos de forma muy estricta. Creo que se restablecerá la situación muy pronto, al menos eso deseo.