Larouco, un territorio apasionante con un valioso patrimonio arqueológico

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Sus castros, lagares rupestres, «covas», paisaje y arquitectura rural son las mejores razones para visitar este municipio

Larouco, un municipio pequeño de Valdeorras de apenas 500 habitantes y 25 kilómetros cuadrados que encierra en sus entrañas grandes y valiosos tesoros, la riqueza de un patrimonio arqueológico digno de descubrir, un tierra de castros de más de 2.000 años de antigüedad sembrada por una historia apasionante de un pasado castreño, que todavía tiene mucho que destapar y renglones que escribir.

Larouco, territorio de Valdeorras salpicado por viñedos, paisajes agrestes, bucólicos y arquitectura rural, es uno de los lugares que los viajeros no deben dejar escapar. Es tan interesante como sorprendente y una apuesta segura para hacer turismo en Valdeorras.

Castro de O Castrillón

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Una razón para visitar esta tierra son sus castros. La cultura castreña posiciona a Larouco como un referente turístico que marca la diferencia. El castro de O Castrillón es una de sus joyas arqueológicas. Nada más pisar este lugar, el paisaje se cuela por la retina con el verde intenso de las montañas que lo rodean y su silencio envolvente en medio del remanso de paz creado por la naturaleza. Está enclavado entre los ríos Xares y Bibei, en un entorno de alto valor natural, incluido en la Red Natura y Zona de Especial Protección de los Valores Naturales y en Zona de Especial Interés Paisajístico. Bajo la superficie late la vida de un yacimiento extraordinario, con hallazgos muy recientes —que auguran otros nuevos— que inducen a imaginar cómo sería la vida aquí unos dos mil años atrás.

Fue en 2020 cuando en o castro de O Castrillón salió a la luz una cabaña rupestre (de estructura angular) y un diminuto trozo de carbón que, una vez analizado, determinó una antigüedad de entre 2.000 y 2.100 años. Se cree que fue una villa fortificada de la Segunda Edad del Hierro, probablemente abandonada por el cambio de época coincidiendo con la romanización de todo ese territorio y que pudo pervivir en tiempos posteriores como el de la romanización y, posiblemente, la Edad Media. Este yacimiento de casi dos hectáreas, con una posición estratégica, de defensa y casi inaccesible —con acusadas pendientes—, también descubrió —fuera del poblado fortificado—un muro adosado o terraza típica del cultivo de la vid, que reafirma la identidad vitivinícola de Larouco.

2021 deparó otro nuevo hallazgo, esta vez sin precedentes en Galicia, una olla con huesos en su interior enterrada bajo el pavimento de la cabaña rupestre, restos óseos que tras una exhaustiva investigación, se concluyó que correspondían a un niño o niña, un posible enterramiento infantil de hace más de 2.000 años único en sus características en Galicia.

Estos descubrimientos son el aliciente perfecto para conocer y disfrutar del citado castro, en cuyo acceso dispone incluso de un pequeño merendero para disfrutar del entorno.

Otro de sus castros es el de Cabanelas, muy cerca de Seadur, en el límite de Larouco y Petín. Conserva restos de algunos muros, en los que se aprecian bloques de granito, aún cuando todavía no ha sido excavado. Y existe otro en el Alto do Viso, en el que se aprecian muros derruidos, situado en uno de los puntos más elevados del municipio, desde el que se atisban panorámicas de gran belleza.

Vía Nova, vino y rutas de senderismo

Larouco también tiene marcada la huella romana en su territorio. No en vano, es uno de los municipios que cruza la Vía Nova, la Vía XVIII que unía Braga (Portugal) con Astorga, una ruta que fascina a los senderistas y amantes de la naturaleza. Los romanos dejaron aquí un gran legado de ingeniería civil como los Codos de Larouco, de unos seis kilómetros; el puente romano sobre el río Bibei, y múltiples vestigios, entre ellos en los barrios de O Poulo y Seoane —que están asentados sobre poblados de origen romano—.

«Cova» de Seadur

Pero nada mejor que recorrer las rutas de senderismo del municipio para profundizar y visualizar su identidad, ligada al vino, en las que se puede admirar lagares excavados en tiempos remotos, descubrir las emblemáticas «covas» de Seadur y, al mismo tiempo, caminar por un tramo de la Vía Nova.

La Ruta Romana do Viño retrata el pasado romano de Larouco y despliega la biodiversidad de su paisaje mediterráneo. La Ruta dos Lagares e Vía Romana hace honor a su nombre y la Ruta de Seadur-Pena Falcoeira llama la atención con su tapiz de viñedos hasta el río Sil surcando además sus singulares «covas».

Larouco también cuenta con patrimonio religioso artístico que admirar como su iglesia parroquial, 1793 y la de Seadur, de origen románico —aun cuando registró varias remodelaciones en el tiempo—; bella arquitectura rural en espacios y viviendas y áreas verdes en las que fundirse con la naturaleza.

Se cree que Larouco, el lugar donde se dice que fue acuñada una moneda visigótica con la inscripción «Laruclo» —primera referencia escrita al municipio— debe su topónimo a una divinidad anterior a la romanización. Larouco es un municipio con mucho que ofrecer y mostrar al visitante.