El presidente del «Groucho Marx» de O Barco cuenta que el cine club cumple 40 años y que en la villa se mantiene la afición
José María Rodríguez Ramos preside el Cine Club Groucho Marx de O Barco, colectivo que este año cumple nada menos que 40 años. El cine es inherente a su persona, es «un apéndice de mí», dice. Este gran cinéfilo ha contribuido en las últimas décadas a la difusión del este género cultural en la villa barquense.
Su relación con el cine comenzó en 1971 cuando estudiaba en el Instituto Marta Guisela. En el año 1980 se crearon los estatutos del Cine Club Groucho Marx, denominado así a raíz de la muerte de Groucho Marx (en 1977). Desde entonces, forma parte de la vida cultural de O Barco.
En esta larga trayectoria del cine club, José María Rodríguez Ramos fue alternando en distintos puestos: como vocal, secretario y presidente. Este gran cinéfilo, junto al cine club, forman una parte indisoluble de la historia de O Barco.
Cada año organiza la Semana de Cine, que va ya por la 30 edición, y ha realizado eventos significativos para la cultura gallega y nacional. «En O Barco, tuvimos la primera televisión independiente en 1985», recuerda.
El Cine Club cumple 40 años, una supervivencia digna de resaltar
Como entidad pasó por diversos picos, subidas y bajadas. De hecho, en el pasado tuvo un paréntesis por la imposibilidad de hacer proyecciones. No obstante, desde 1999 lleva funcionando de forma ininterrumpida. En este momento cuenta con algo más de 120 socios.
Tu pasión por el cine convirtió tu casa en un auténtico museo
Llevo toda la vida vinculado al cine, coleccionando todo tipo de objetos, películas cartelería y todo lo que tiene que ver con el séptimo arte. Sí, mi casa es casi un museo de cine, tengo una especie de «síndrome de diógenes» (se ríe). Es casi una fobia. El objetivo de mi afición es la difusión de este género.
¿Cine independiente, comercial o simplemente de calidad?
Eso son batallas perdidas. El cine es bueno o malo, sea independiente o comercial. Hubo un tiempo en que el independiente era una alternativa, es decir, ofrecer aquéllas películas que no eran económicamente rentables. Ahora, en el Cine Club Groucho Marx con unos criterios muy personales, que pueden ser erróneos o acertados, hacemos la programación. Pongo un ejemplo. Proyectamos «Parásitos» tres meses antes de que hubiera ganado los premios más relevantes. Sabíamos que era una película buena. La primera vez que se proyectó hubo menos gente. Después, tuvo más. Cuando programas una película no sabes cómo va a responder el público. Yo siempre digo que la gente es muy inteligente y sabe lo que quiere ver.
¿Hay afición por el cine en O Barco?
Sí. No hay que olvidar que llegó a tener cuatro salas cinematográficas. Si el Cine Club Groucho Marx lleva existiendo 40 años es porque sí hay afición. Es verdad que, paradógicamente, la gente de fuera valora un poco más la posibilidad de ver cine y, después, está el núcleo duro, cinéfilo, de toda la vida. Pero en general, sí que hay afición y sí que se valora.
¿Qué es para tí el cine?
El cine es el séptimo arte. Antes era la mejor forma de viajar, de ir a otros mundos y poner imagen a tus fantasías. Ahora, con la evolución de los tiempos esto ha cambiado. Siempre dije que el cine es uno mismo contra la pantalla, lo que sientas cuando estás viendo una película, para bien o para mal.
José María Rodríguez y el «Groucho Marx» es a la puerta que llaman desde centros escolares cuando se ilustran contenidos para el alumnado
Sí, del que tiran los institutos cuando abordan un tema en la enseñanza de los alumnos. Hay que destacar que los dos Institutos de O Barco son socios del cine club, disponen del fondo para hacer crecer las mentes de los alumnos.
¿Las ventajas de ser socio del «Groucho Marx son?
Además de disponer de todos los fondos, a la hora de acudir a las proyecciones de películas, son más baratas. Y si no puedes ver las películas se pueden llevar a casa.
José María Rodríguez no se concibe sin su apego al cine
Es un modo de vida. El cine es un apéndice de mí.
¿Qué opina que de los cuatro cines que hubo en O Barco ni uno de ellos se haya conservado para su finalidad original como sí ha ocurrido en A Rúa?
Es la ley del mercado. No obstante, la sala de cine sólo es un espacio. Lo importante es ver cine. Pero tengo que decir que en O Barco la sala actual tiene mucho mérito porque no hay que olvidar que era un patio de colegio.
¿Después de la cruda pandemia del coronavirus, regresará el cine?
Tendremos cine al aire libre.
(José María Rodríguez y el Cine Club Groucho Marx han tenido mucho qué ver en el desarrollo y difusión de la afición por el cine en O Barco. José María es un libro abierto sobre cine).