La playa fluvial de O Barco recibió hoy a sus dos primeros bañistas. Las altas temperaturas animaron a tomar la toalla, ponerse el bañador y tumbarse al sol. Durante unas horas, los amantes del río olvidaron que es invierno. En esta jornada se superaron los 23 grados. Curiosamente, la estampa se repite con respecto a febrero de 2017, que registró una temperatura similar.
Manuel Escuredo Paradelo es uno de los primeros que no han dudado en cambiar el atuendo de invierno por el del verano. Asiduo del río, pues acude a diario durante la temporada estival, señala que «un día como hoy no se podía dejar pasar, hay que aprovechar los rayos del sol, son buenos para la salud».
Es una de las personas que más frecuenta la playa fluvial. Lo único que echa en falta en el entorno es que se acondicione, de una vez por todas, un espacio para el baño. «En Toral se ha hecho, también en Ourense. En todas partes menos aquí. A ver si el próximo verano nos sorprenden y habilitan algo», propone, sin pensar que el invierno sigue aquí.
Febrero ha burlado al invierno.