La nueva etapa postcovid implica mayor responsabilidad individual y de los ayuntamientos en la aplicación de las nuevas medidas dictadas por la Xunta
La nueva vida llega mañana, lunes. Lo hace al 75 por ciento. El estado de alarma finaliza en Galicia. La nueva normalidad regresa marcada por una alerta y responsabilidad y medidas obligatorias centradas en tres ejes: higiene y desinfección; distancia entre personas de metro y medio y aforos limitados, la mayoría al 75 por ciento (con alguna excepción: al 50 por ciento en el caso de zonas comunes de centros comerciales, o similares, y al 80 por ciento en el caso de las terrazas de hostelería).
La nueva vida llega con medidas con una amplio margen de flexibilidad, que irán aflojando y desaflojando en función de la evolución del coronavirus y posibles rebrotes. Por ello, los eventos de mayor interacción social y movimiento de personas como fiestas y verbenas quedan supeditados, a partir del 1 de julio, a la autorización de la Xunta.
Esto significa que sí, serán posibles, aún cuando serán los datos epidemiológicos los que den el permiso final. Así lo determina en el siguiente punto de las medidas publicadas en el DOG:
Restablecemento de determinadas actividades suspendidas
Sempre que a evolución da situación epidemiolóxica así o aconselle, a Administración autonómica poderá permitir o restablecemento, a partir do 1 de xullo, das actividades que se indican a continuación, nas condicións que previamente ela estableza:
a) Os establecementos que se destinen a ofrecer xogos e atraccións recreativas deseñados especificamente para público de idade igual ou inferior a 12 anos, espazos de xogo e entretemento, así como a celebración de festas infantís.
b) Os locais de discotecas e demais establecementos de lecer nocturno, sen prexuízo da apertura das terrazas ao aire libre regulada no punto 3.34 do anexo.
c) As festas, verbenas e outros eventos populares, así como as atraccións de feiras
El Diario Oficial de la Xunta publicó todas las medidas, en las que los ayuntamientos van a ser una parte importante a la hora de aplicar las medidas y velar por su cumplimiento. Por citar un ejemplo, las piscinas municipales deberán seguir protocolos de higiene y desinfección con un aforo máximo del 75 por ciento que garantice la distancia de seguridad entre los usuarios. Lo mismo para todo tipo de playas, para las que los Concelllos pueden decidir el aforo que estimen respetando siempre ese máximo.
El culto religioso mantendrá las pautas de distanciamiento social. En las iglesias no se permitirá el uso de agua bendita. Durante el desarrollo de las reuniones o celebraciones se evitará el contacto personal, tocar o besar objetos de devoción u otros objetos que habitualmente se manejen. No estará permitida la actuación de coros.
Los velatorios podrán realizarse en todo tipo de instalaciones, públicas o privadas, debidamente habilitadas, con un límite máximo, en cada momento, de 60 personas en espacios al aire libre o de treinta personas en espacios cerrados, sean o no convivientes.
La participación en la comitiva para el enterramiento o despedida para cremación de la persona fallecida se restringe la un máximo de 75 personas, entre familiares y allegados, además, de ser el caso, del ministro de culto o persona asimilada de la confesión respectiva para la práctica de los ritos funerarios de despedida del difunto.
Las bodas y ceremonias en establecimientos de hostelería y restauración deberá respetar un máximo del 75 por ciento de su capacidad y, en todo caso, un máximo de 250 personas en espacios al aire libre o de 150 en espacios cerrados.
En los centros comerciales no se podrá superar el 50 por ciento de la capacidad siendo el 75 por ciento para el interior de los establecimientos comerciales.
Y así sucesivamente. Las medidas se pueden consultar en el DOG: https://www.xunta.gal/dog/Publicados/2020/20200613/AnuncioC3K1-120620-1_gl.pdf
La nueva vida regresa en condiciones diferentes a las de antes de la pandemia: con un peligro al acecho, el coronavirus, que marcha esa línea invisible de distancia social entre las personas, la más necesaria para forjar la mismísima esencia de la sociedad. La responsabilidad individual y el sentido común debe imperar en la batalla contra la COVID-19.