Actos religiosos, música y baile completan la programación hasta el domingo, 12 de mayo
La Virgen del Camino de Rubiá abrió las Fiestas de Rubiá. La tradicional misa y la procesión, al ritmo de la charanga Los Imparables, marcaron el compás del comienzo de la celebración más esperada, que se prolongarán hasta el próximo domingo, 12 de mayo.
La misa, cantada por el coro de Rubiá, discurrió presidida por el arcipreste y párroco de Sobradelo (Carballeda), junto al el párroco de Rubiá y el de O Barco, entre otros sacerdotes.
Después, llegó la procesión en la que la imagen de la Virgen fue transportada en andas hasta la capilla, donde permanecerá todo el año, por mujeres del municipio, ataviadas con el vistoso traje típico regional de Galicia.
Con gesto solemne y sentimiento, la procesión surcó las calles de Rubiá, perfumada con el incienso del que cada año se ocupa de esparcir el mismo vecino.
Pétalos de rosa formaron pequeñas alfombras en el transcurso del recorrido.
El alcalde, Elías Rodríguez reseñó el valor de estas fiestas para Rubiá, que supone —dijo— un reencuentro muy especial entre las familias y los amigos. Él mismo se reencontró con amistades que hacía tiempo que no veía.
«Los actos religiosos de las fiestas de Rubiá son uno de los apartados más importantes», puntualizó, recordando que mañana, jueves será la procesión de la Inmaculada y el domingo, a las 12,30, la de San Isidro con su correspondiente bendición de los campos y, en esta ocasión, la celebración de la Primera Comunión de niñas y niños del municipio.
El alcalde felicitó las fiestas a los vecinos, recordó que hay un buen programa de orquestas y actividades para los pequeños y animó a la población y visitantes a disfrutar de estas grandes fiestas. «Solo nos queda desear que no llueva», concluyó.