El puente de Sobradelo luce ahora restaurado e iluminado

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María del Carmen González: «La conexión del alumbrado se hizo coincidir con estas fechas navideñas y hoy damos por terminada la obra en A Ponte Nova»

El puente de Sobradelo (Carballeda de Valdeorras) estrena iluminación, mejora que culmina las obras de conservación de este emblemático monumento en el que la Xunta, concretamente la Consellería de Cultura, ha invertido íntegramente 238.309 euros.

Las obras consistieron en la limpieza de los paramentos del puente (elementos vegetales, depósitos etc), la restauración en zonas puntuales con sellado de huecos existentes y la reparación de algunas grietas. También se remplazó, en los laterales, el pavimento de aglomerado asfáltico por adoquín de piedra además de recuperar las salidas de agua en la calzada, entre otras mejoras.

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El alumbrado exterior fue instalado en los paramentos exteriores, en los arcos y en la calzada superior. Y la iluminación es de tecnología led.

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La alcaldesa de Carballeda, María del Carmen González, eligió estas fechas para la «puesta de largo» de la iluminación a fin de hacerla coincidir con las fiestas de Navidad. «Hoy damos por terminada la obra y se ilumina oficialmente el puente. Ayer fueron las pruebas del alumbrado. Pero hoy será el enganche definitivo. El conjunto de la obra es un regalo para Valdeorras, pues es un patrimonio que al fin y al cabo es de todos», expresó.

Habló de la relevancia del monumento por excelencia que da identidad a Sobradelo. «El proyecto primitivo decía que es el puente monumental más importante del río Sil. Para mí es nuestra insignia. Alguna de sus estructuras data de 1650. Pero con el devenir de los años se fue deteriorando, había algunas grietas y había que repararlo. Además, yo tenía ilusión en una iluminación acorde con el monumento. Y así ha sido», relató María del Carmen González.

La alcaldesa de Carballeda agradece al conselleiro de Cultura, Román Rodríguez, la financiación de la obra, que —aclar— se ejecutó con los criterios que marcó Patrimonio, también la iluminación. «Lo más importante era no tocarle a las piezas primitivas y así se desarrolló el proyecto», subraya.

Señala que las obras ocasionaron molestias a los vecinos, «pues el puente es nuestra vía de comunicación. No fue una obra fácil, pero sufrimos con alegría, al menos en mi caso, para poner en valor esa maravilla de puente y dejarlo con mayor seguridad. Las generaciones venideras podrán seguir valorando y viendo esa obra de arte».

De hecho, la relevancia de la restauración e iluminación del puente centra la felicitación navideña del Concello de Carballeda este año.

La alcaldesa se siente muy contenta con el resultado pues era una restauración muy esperada, con la que llevaba soñando mucho tiempo, ahora hecha realidad. Sin embargo, «satisfecha del todo, todavía no, porque no quiero que nuestro viejo puente siga teniendo la «responsabilidad» absoluta como vía de comunicación. Ahora la lucha está en darle un «hermano menor» para que le ayude», detalla en alusión al proyecto de construcción de un puente nuevo que permita aliviar el tráfico que soporta el actual.

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En todo caso, el grupo de gobierno de Carballeda ya está gestionando la construcción de otro puente. «Ya está hecho el estudio informativo y como es una obra grande se iría haciendo por fases. Nos falta el proyecto constructivo y creo que la Xunta ya está en ello», concluyó.

La historia de las reparaciones de la «Pontenova»

La construcción del puente de Sobradelo (Ponte Nova) se inició poco tiempo después de marzo de 1665 y las obras duraron hasta 1675, año en el que el constructor Lucas del Higar ganó provisión real para que se viesen y reconociesen los puentes de Puente de Domingo Flórez y la «Pontenova», reconocimiento que en 1676 efectuaron dos maestros canteros, nombrados por Mauro Pérez Salnés, corregidor de Ponferrada, quienes declararon que «ambas a dos puentes estaban hechas y acabadas en toda forma, conforme a las condiciones y que además de ello había muchas mexoras últiles y necesarias para su seguridad y perpetuidad…»

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Con el remate de la construcción de los ocho puentes —entre los que sobresale la «Pontenova»— y del camino, en el siglo XVII la entrada a Galicia por el valle del Sil se vio consolidada. La «Pontenova» tuvo tanta importancia que a finales del XVII surgió en torno a ella un nuevo poblado, denominado Puente Nueba.

La entrada de los franceses, a principios del siglo XIX, en enero de 1809, en Sobradelo, generó la destrucción del arco principal del puente para dificultar el paso de las tropas francesas.

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En julio de 1818 se contrataron obras de reparación, concedidas a un consorcio de canteros, carpinteros y herreros, vecinos de San Isidro de Montes (Pontevedra), Santiago de Compostela, Coedo y Millarouso (O Barco) por valor de 7.000 reales de vellón. Fue una actuación provisional cuyas consecuencias afloraron cinco años más tardes, cuando el 25 de mayo de 1822, el gobierno de Villafranca del Bierzo dirigió un oficio al «alcalde del Ayuntamiento de Sobradelo» que habla de la «reedificación del Puente Nuevo, arruinado completamente» para cuya reparación la «Diputación provincial de Villafranca» aprobó 8.000 reales.

Tras la reedificación del «arco mayor» a finales del siglo XIX, pocas fueron las actuaciones llevadas a cabo para reparar destrozos producidos por temporales, avenidas del río y el propio transcurso del tiempo.

La restauración realizada ahora salvaguardará el puente de Sobradelo durante muchos años.