El presidente de la institución provincial valora las medidas puestas en marcha desde el minuto uno de la pandemia, entre ellas las ayudas a los autónomos
El presidente de la Diputación, José Manuel Baltar Blanco, hace balance en Valdeorras de Cerca de la labor desarrollada por la institución provincial desde el minuto uno de la crisis derivada de la COVID-19 hasta la nueva normalidad. La implicación —estima— ha sido absoluta, tanto de puertas para dentro —con la organización de personal, servicios y protocolos que permitió resolver los asuntos del día a día— como hacia afuera: con los ayuntamientos, autónomos, empresarios y entidades sociales.
La Diputación estuvo y está ahí, considera Baltar, convirtiéndose «en la más social de toda su historia». Por ello, no se entiende —valora— que se haya cuestionado (concretamente el portavoz socialista de la Diputación) medidas como las ayudas a los autonómos y empresarios, cuando otras Diputaciones y ayuntamientos de todos los colores políticos han establecido ayudas similares.
Baltar puso el caso en conocimiento del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Afirma que el socialista Rodríguez Villarino requirió verbalmente a la Subdelegación del Gobierno para que informase sobre la legalidad de las ayudas, aprobadas por la institución provincial para pequeñas empresas de municipios de menos de 20.000 habitantes de la provincia (91, todos menos la capital) y a los trabajadores autónomos afectados por la crisis sanitaria y empresarios.
Lo comunicó por escrito —dando respuesta a la carta que Sánchez envió a Baltar agradeciéndole las aportaciones realizadas por el Comité del Día Después, puesto en marcha en Ourense para favorecer la reactivación económica—. Baltar lamenta que la expresión “todos unidos”, que comparte con Sánchez, «para superar esta difícil situación, encuentre indignas excepciones —explica— como la que todo Ourense conoce, poniendo en riesgo la devolución de unas ayudas tan necesarias pues, en gran parte, ya han sido transferidas a las cuentas bancarias de sus beneficiarios”.
Seña que la Diputación ha estado pendiente durante la crisis de cada palmo del territorio provincial, y, por ende, de Valdeorras. Así, esgrime que permaneció cerca de los problemas de los ciudadanos, empresarios, colectivos y ayuntamientos, desencadenados por una situación sin precedentes.
El coronavirus no se ha acabado. Ello lleva a seguir impulsando nuevas iniciativas. Precisamente, en las últimas horas, desarrolló (en colaboración con el Obispado y la Catedral) el primer homenaje a nivel mundial de las víctimas de la COVID-19, un acto realizado por la Diputación en colaboración con el Obispado y la Catedral de Ourense. El músico Bieito Romero, líder y miembro fundador de Luar Na Lubre, interpretó desde la torre de la catedral el himno oficial de la provincia, Ourense no solpor.
¿La Diputación reaccionó cuando estalló la pandemia?
Fue una situación inesperada pero la Diputación reaccionó de forma impresionante, desde el minuto uno, tanto desde dentro de la institución como desde fuera. Se creó un comisión del COVID-19 para poner en marcha todo tipo de medidas ante la nueva situación. Se implantaron todos los protocolos sanitarios para el funcionamiento de la misma y del personal; se estableció la relación con los ayuntamientos y, sobre todo, con los empresarios y autónomos que son los que tienen que protagonizar la reactivación económica.
¿Qué medidas destaca?
Pusimos en marcha medidas que dieron como resultado que estamos ante la Diputación más social de la historia con ayudas directas a autónomos y pequeñas y medianas empresas de la provincia que, curiosamente, sin justificación alguna han sido puestas en tela de juicio por el representante del PSOE en la Diputación. Las ha cuestionado ante la Subdelegación y están siendo ahora revisadas.
¿A qué obedece dicha polémica?
Esto es un caso único en España: que alguien vaya a la Subdelegación y que diga que se revisen ayudas directas, ayudas que también pusieron en marcha otras Diputaciones y Ayuntamientos, también socialistas. Esto es ridículo. Contra ello no se puede luchar porque eso es algo que nadie entiende. El portavoz socialista en la Diputación puso en peligro las ayudas. Pero la labor está ahí, se desarrolló a todos los niveles. Se convirtió el pabellón en centro logístico para transportistas, se duplicaron las ayudas a entidades sociales, hubo programas nuevos, teleasistencia, teletrabajo para más de 200 profesionales de la Diputación que permitió sacar toda la labor adelante. Creo que la Diputación es un ejemplo. La de Ourense fue la primera Diputación en Galicia que compró material sanitario que, además, se le entregó a la Xunta para que lo repartiese en los ayuntamientos.
¿Algún proyecto en Valdeorras?
Sacamos adelante un proyecto con la Asociación Empresarial de Valdeorras (AEVA), con una inversión de 30.000 euros, que tiene que ver con el desarrollo de iniciativas, también para generar empleo y organizar cursos de formación laboral.
Valore el impacto del coronavirus en la provincia de Ourense
Ourense fue afectada como otras zonas. Aquí hay que poner con mayúsculas la labor del Gobierno autonómico, que a pesar de tener un 25 por ciento de población mayores y por tanto la más vulnerable, fue la segunda con menor índice de mortalidad del Estado. En la Comunidad gallega se anticiparon las medidas y se marcó como una referencia que está siendo valorada, incluso por el Gobierno español. Por poner un ejemplo, en Galicia se compraron respiradores 15 días antes de que empezase el estado de alarma a nivel nacional, se constituyó un comité de expertos y se minimizó mucho el impacto.
¿Es optimista en estos nuevos tiempos que traza la COVID-19?
Hay que ser optimista. Creo que aplicamos las medidas higiénico sanitarias que imperan en cualquier momento y que seremos capaces de pasar esta situación. Eso sí, invito a mantener muchísima precaución y a no pensar que ya se ha vencido a la COVID-19.
Personalmente, ¿cómo lo ha llevado?
Lógicamente, con preocupación, pero realizando la labor del día a día en la Diputación cuyo papel ha sido importante durante la pandemia.