Aurelio Blanco: «Quiero al casco viejo y quiero lo mejor para el barrio, añoro su bullicio»

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Blanco Trincado siente orgullo de dar lectura al pregón de la Festa do Casco Vello y rememora pasajes de la vida que tuvo esta zona O Barco

Aurelio Blanco Trincado será el pregonero de la «IV Festa do Casco Vello» en O Barco. El presidente del Instituto de Estudios Valdeorres (IEV) no es la primera vez que lee un pregón, ya lo hizo en las fiestas de O Cristo en la década de los 70, pero si cabe el del casco viejo le hace más ilusión porque lo hace en calidad de vecino: «Para mí significa todo, es toda mi vida, desde que nací hasta ahora».

Es vecino del casco antiguo «por encima de todas las cosas» dice. Y es que lleva toda la vida residiendo en el barrio, con excepción de su etapa en el servicio militar y cuando cursó su carrera. «Es mi vida», añade Blanco Trincado.

Aurelio Blanco es la memoria viva de O Barco, recuerda cómo eran los tiempos de su infancia, cuando el barrio estaba lleno de vida y bullicio en las calles, porque el barrio antiguo era el punto neurálgico de la villa.

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Valdeorras de Cerca: Usted es un libro abierto sobre la historia de O Barco. Su nombramiento como pregonero de las fiestas del casco viejo, ¿le trae a la memoria muchos recuerdos del barrio, en el que vive y que nunca abandonó?

Sí. El casco viejo tenía muchísima vida. Incontables niños jugaban en la calle y en la Plaza Mayor. Jugábamos, íbamos a coger moras, gusanos de seda. En un radio de apenas 150 metros había al menos 15 bares, dos bancos, dos farmacias, el Casino. La Iglesia de San Mauro (inaugurada en los años 30) también le dio también mucho movimento al barrio. Los bancos atraían a mucha gente pues antes las gestiones se hacían en persona. El casco viejo era el centro neurálgico de O Barco.

Valdeorras de Cerca: Hubo en el pasado establecimientos que hoy ya no existen

Había un bar que era tan pequeño que le apodaban el «medio metro», era emblemático. Tambén estaban El Carbonilla, El Buraco (que no es el actual, hacía esquina en Porto da Barca haciendo esquina con la «calle oscura»), el «Trecemil», el «Agadir» etc. En definitiva, muchos.

Valdeorras de Cerca: ¿A lo largo de los años el casco viejo ha ido perdiendo importancia en favor de otras zonas en expansión de O Barco?

Claro. Lo dejaron morir y un poco también se «mató» a si mismo. Su futuro parecía ser una especie de «barrio húmedo«, de bares, mesones y comercio, porque se presta a ello. Pero no fue así. Lo que muchos quisiéramos es que volviese a ser como en los años 50. Fue una época de esplendor, de mucha vida.

Valdeorras de Cerca: El Banco de la Coruña y el Banco Pastor estuvieron en la Plaza Mayor, cuéntenos el caso del «atraco al banco».

Siendo yo muy niño, aproximadamente en 1945, un «fuxido» —guerrillero antifranquista— atracó el banco y fue abatido a tiros. Recuerdo haberlo visto allí, tirado en el pasillo. El «maqui» amenazó a los del banco diciendo que llevaba un cinturón con bombas y decía que si no le daban el dinero se autodestruía. Estaba en el baño un tal Eduardo Jones, que era botones, y conseguió a través de un ventanuco avisar a un vecino y a la Guardia Civil. Le apuntaron y dispararon y las bombas explosionaron a su vez. Fue un hecho trágico.

Valdeorras de Cerca: La Plaza Mayor le aviva esa fuente inagotable de recuerdos

Sí. En la Plaza Mayor había dos columnas de hierro forjado, muy bonitas, que se usaban para juegos, el prinicipal el «Marrachace», que consistía en a ver quien tocaba antes a una columna. Son muchos recuerdos. También había una balaustrada al fondo de la plaza, con bancos, donde se hacían tertulias.

Valdeorras de Cerca: Ahora existe un proyecto con participación vecinal para futura remodelación de la plaza, ¿qué le parece?

Me gustaba la plaza de los años 50, que era muy bonita, pero la idea que hay ahora también es buena. Al principio la plaza era una especie de desnivel, pero era toda una. La idea es suprimir la mayor parte de la balaustrada y hacer como una especie de anfiteatro con unos escalones. A mí me gusta la idea. Sería mitad lo que había antes y un concepto nuevo.

Valdeorras de Cerca: En el pregón va a ahondar en lo que fue el casco viejo en los años 50, lo que no le gusta y lo que le gustaría para el futuro. ¿Su sueño es que recupere el pulso?

A mí lo que menos me gusta es que no tenga vida, ver frío el barrio. Vendría muy bien que recobrase vida y pudiese tener una actividad económica, como fuente de ingresos en O Barco. Llevo muchos años registrando escritos en el Ayuntamiento de O Barco, incluso presentando ideas o iniciativas. Lo que ahora se está promoviendo a nivel general, si busco entre mis papeles ya lo pedía yo hace 50 años. Habría que incentivar más la zona. En 1961 ya se pedía estimular el casco viejo, los comercios, la zona de vinos etc. Cuando se adaptaron las normas subsidiarias, previas al Plan general de Urbanismo, también.

Valdeorras de Cerca: El paseo en barca que se hará durante la fiesta del casco vello rememorará las barcas como medio de comunicación entre Viloira a O Barco a través del río Sil en el pasado, ¿habría que sacarlas más a menudo por el río?

Precisamente, tengo escritos de hace 40 años proponiendo que se recuperase la tradición o recreación de la «subasta de la barca». Siempre se subastaba en la fecha de San Martiño, un año en la orilla de Viloira y otro año en la orilla de O Barco. El barquero que resultaba adjudicatario hacía una fiesta. Es algo muy bonito que se podría recuperar de forma cultural. Hay que recordar el peso que tuvieron las barcas como medio de comunicación entre las dos orillas. La tomaban los vecinos, los sacerdotes para administrar sacramentos, todo el mundo.

Las barcas son un elemento identificativo de O Barco. En su día se creó una escuela taller para la recuperación de barcas pero ahí quedó todo, nunca se echaron al río Sil. Tampoco se materializó el museo que llevo proponiendo desde hace años, circunstancia que provocó la desaparición, de alguna manera, de una parte de la historia. Fundé una Asociación de Amigos del Museo sin museo. A veces siento que estoy «predicando en el desierto».

Valdeorras de Cerca: En definitiva, ama a su barrio

Lo quiero muchísimo y quiero lo mejor para el. Estoy muy orgulloso de que se hayan acordado de mi los vecinos para la lectura del pregón.