As Covas de Vilamartín lucirán en un entorno remodelado

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Enrique Álvarez Barreiro, destaca la mejora de este espacio de referencia enoturístico y relata que hay previstas otras obras en el municipio

Enrique Álvarez Barreiro afirma que 2022 promete ser el de las obras en Vilamartín. El alcalde cita la importante remodelación que se está ejecutando en las calles de el entorno de «As Covas», tan emblemáticas por la singularidad y celebración en torno a uno de los elementos arquitectónicos populares del vino diferenciadores de la localidad.

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La remodelación de calle de Os Caños, conocida como «das covas», «es una obra muy importante, no desde el punto de vista del coste económico, pero sí desde el punto de vista social, en cuanto a la afluencia de gente que recibe la Ruta das Covas» —dice—, todo un referente enoturístico que, durante más de 20 años y hasta antes de la pandemia, concitaba a miles de personas para disfrutar de una fiesta única.

Enrique Álvarez señala que se está retirando el fibrocemento y se va a renovar todas las infraestructuras con la correspondiente dotación de nuevo adoquín.

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«Esta zona es un referente en todos los sentidos y el lugar en el que está es muy trascendente para Vilamartín. Si este año se retoma la Ruta das Covas, la calle ya estará en las condiciones adecuadas para poder presumir ya de Vilamartín», esgrime.

Más allá de As Covas, este va a ser un año eminentemente inversor en Vilamartín. «Tenemos 200.000 euros ya aprobados del año pasado de nuestro remanente para distintas obras», cuenta el alcalde, entre ellas nuevas aceras en Valdegodos, desde la residencia de ancianos en dirección Córgomo, en la calle Augusto Sierra Rodríguez, que se ejecutarán en dos fases. También se restaurará todo el centro y plaza de Arnado, con la renovación de servicios y nueva pavimentación y un tramo de una calle en Correxais (con 50.000 euros).

Al margen de esa partida, este año el Concello de Vilamartín aprobará una inversión similar para hacer una calle en O Mazo, en Vilamartín y posiblemente en San Miguel de Outeiro.

Vilamartín no se detiene.