Una familia la recogió en la calle Venezuela, sin fuerzas para volar, y ahora la alimentan a la espera de que retome el vuelo rumbo a su destino
Una paloma mensajera apareció en una acera de la calle Venezuela de A Rúa. Estaba hambrienta, exhausta y sin fuerza. Su cansancio le impedía volar. Una familia decidió recogerla y dar parte al Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona).
La paloma tenía en una pata un microchip y en la otra, una anilla amarilla que pone PORTUGAL 2019, con el número 9080917.
La identificación llevó a pensar que podría tratarse de una de las miles que se perdieron durante la competición colombófila celebrada en Portugal, entre el Algarve y Oporto. Las fuertes tormentas desorientaron a dichas aves durante la carrera, hace unos días, y han ido apareciendo en diversos puntos de Galicia y Asturias.
«El Seprona nos informó que la alimentemos y le demos agua para que reponga fuerzas y que se irá cuando se recupere hacia su destino. Está suelta en la terraza. Le hemos habilitado un comedero con maíz, manzana, lechuga y hasta gusanitos e incluso le habilitamos una caja con heno para que se meta en ella y esté confortable», relatan la familia que la ha acogido.
Si la paloma no reanuda su viaje, «se la entregaremos a una amiga que viene el fin de semna a A Rúa para que se la acerque a la Policía Local de Vigo, pues los agentes se están haciendo cargo de las palomas extraviadas en Portugal».
Esta familia tomó la decisión de recoger la paloma porque es amante de los animales y «nos daba pena. La podía matar un gato o un perro en la calle. En casa tenemos perro, pájaros y también hemos rescatado incluso algún gato».
Ahora, desean que vuelva a su destino.
Extraña pérdida de rumbo de las palomas en la carrera de Portugal
En la competición de Portugal participaron 10.000 palomas y en la última semana unas 3.000 aún no habían sido localizadas. Algunas han ido apareciendo en Galicia y Asturias.
La extraña pérdida de rumbo de las palomas mensajeras se asocia a la cadena de tormentas que hubo en la Península pues de todos es sabido su extraordinaria orientación.
Estas aves competidoras se distinguen por las anillas: la primera con una inscripción que da fe de su fecha de nacimiento y de su origen portugués, y la segunda con un microchip identificativo que en las competiciones deportivas sirve para registrar el momento del despegue y la llegada a su palomar como meta de la carrera.
En Portugal, la colombofilia se considera el segundo deporte nacional en número de aficionados. Los derbis lusos mueven miles de participantes. La inscripción de un pichón puede costar hasta 300 euros. Y una paloma atleta puede llegar a costar miles de euros.