Alicia Sanabria: «Siempre sospeché que ellas habían matado a Rosi, no hay perdón, que se pudran en la cárcel»

Alicia, hermana de la víctima, arropada por amigas
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La hermana de la mujer asesinada en O Barco, pidió justicia y dijo que tuvo miedo de que las detenidas les hiciesen a ella también daño

Las dos detenidas por el crimen de Leticia Magali Sanabria Romero, conocida como «Rosi», pasaron hoy a disposición judicial. A su llegada al Juzgado de O Barco en los vehículos policiales, amigas de la víctima gritaron ¡asesina!, ¡así te pudras en la cárcel!, además de corear otros insultos. Lo hicieron en singular, entre otras cosas, porque tanto las amistades de la víctima, como la hermana de ésta, creen que la persona que asesinó a «Rosi» fue la nigeriana F. A., una mujer alta y corpulenta «capaz de ello y mucho más», expresaron, mientras que la brasileña A.L. creen que o bien le ayudó a cometer el delito o es cómplice.

F.A, una de las detenidas, a la llegada del Juzgado de O Barco

La hermana de la víctima, Alicia Sanabria Romero, de 28 años —un año menor que la víctima— permaneció a la puerta del Juzgado con un visible dolor. «Me va a explotar el corazón», decía mientras apuraba un trago de agua, arropada en todo momento de un grupo de amigas.

Siempre sospechó de las dos detenidas. «Desde el principio lo tuve claro, sin dudas. Tuve un mal presentimiento. F.A. se rió en mi cara. Cuando estábamos en el piso me dijo: Mejor reirnos que llorar. Yo estaba llorando y ellas se estaban haciendo señas entre ellas continuamente. En algún momento ella —F.A— intentaba llorar, pero se le veía que intentaba fingir».

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A.L., la otra detenida a su llegada al Juzgado

Alicia pidió justicia, que será la que determine la autoría del crimen y el grado de participación de las dos detenidas. «Queremos que paguen lo que le han hecho a mi hermana. Fue ella —dijo Alicia en alusión a F.A— con ayuda de la otra», sentenció.

Alicia insistía, rota de dolor, que «queremos que no salga nunca más de la cárcel».

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Desde el 10 de septiembre, día que se descubrió el cadáver de su hermana en un piso de la Calle Conde de Fenosa de O Barco, tuvo que dejar de salir a la calle por miedo a que las detenidas le causasen algún daño.

«He temido por mi vida. Hoy he respirado aliviada, pero el dolor no me lo quita nadie. Me han arrebatado a mi hermana», dijo Alicia.

Cuenta que al día siguiente de la muerte, «Rosi», iba a mandar una cantidad de dinero a su familia a Paraguay. «La mataron para hacerse con el dinero. Sin embargo, a mi hermana una de ellas, ella, le debía más de 5.000 euros y nunca le dijo que se lo devolviese. Fue buena con su asesina».

Alicia dice que «no hay perdón».

Mientras, las dos detenidas pasaron a disposición judicial rodeadas de un nutrido grupo de la Guardia Civil.

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