Xavier Castro: «El tostado es un tesoro, hay mucha cultura en este vino»

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El historiador y autor del libro «Tostado. El vino noble de Galicia», visitó Valdeorras para seguir investigando sobre este producto único

El historiador Xavier Castro, autor del libro «Tostado. El vino noble de Galicia», visitó Valdeorras para ampliar su investigación sobre dicho tipo de vino en la Denominación de Origen. Hoy estuvo en el Consello Regulador, acompañado del presidente de este organismo, José Luis García Pando y del director técnico, el enólogo Jorge Mazaira.

Xavier Castro, catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad de Santiago y escritor, habló del tostado largo y tendido con un marcado acento literario, con una riqueza de adjetivos y un relato apasionante para describir y retratar este vino, un «tesoro auténtico y oculto» —dijo— con una singularidad propia que lo hace único y con un gran potencial aún por explotar.

Castro arrancó con una cita que concentra la esencia del tostado: «En tempos avesíos a dozura do tostado» (En tiempos sombríos, la dulzura del tostado).

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Ensalzó la labor de los «colleiteiros», los viticultores que generación, tras generación, llevan haciendo «esta maravilla». De hecho, visitó Seadur (Larouco), Córgomo y Vilamartín, donde saboreó tostados y vinos de gran calidad.

En dicha visita, no conoció ninguna mujer «colleiteira», solo hombres, «porque la enología en el pasado fue cosa de hombres, quedando apartadas las mujeres tanto en la elaboración como en el consumo». Y habló de las desigualdades en este campo. «Todavía está lejos esa equiparación de hombres y mujeres en dicha actividad y también del placer de tomar vino y vino tostado».

En este sentido, dijo que las mujeres padecieron discriminación en el acceso al vino: Se consideraba que la mujer que no tomaba vino era decorosa, honesta. Y del hombre se decía: O home que non bebe viño, o demo o leva por outro camiño. Una característica desigual».

Relató también curiosidades. Antiguamente el tostado se le daba a mujeres embarazadas, «en dosis casi que homeopáticas, muy pequeñas, como elixir para que tuviesen fuerza para sacar adelante las criaturas».

También se recurría al tostado en la despedida de la vida, la muerte. El tostado se servía a personas que estaban agonizando, para que el tránsito hacia el más allá se llevase a cabo de la manera más amable posible. «Cogidos de la mano de un ser querido y con una copita de tostado en el paladar. Así se va de otra manera a visitar a San Pedro», expresó.

Xavier Castro dejó claro que el tostado es el producto más importante de Valdeorras y Galicia. «Es cierto que la pizarra pinta mucho, tiene un valor comercial extraordinario y es un recurso, una materia prima muy bien explotada que genera riqueza. Pero el vino tostado es una creación humana, un producto natural y cultural. Y es único«.

El historiador subrayó que conseguir el nivel de calidad del tostado en Galicia «no es algo de lo que pueda presumir cualquiera. Es un tesoro auténtico, el tesoro que mezcla naturaleza y cultura más logrado que hicimos los gallegos, los que lo producen y los que lo consumen», apostilló.

Xavier Castro, que lleva décadas investigando la historia de Galicia, cuenta que se quedó fascinado por «esta maravilla», de ahí un libro monográfico de un solo vino, el tostado. «Merece no solo un libro sino una enciclopedia por su extraordinario valor e importancia», valora.

El problema está en que los gallegos «no sabemos apreciar y divulgar lo que tenemos. No fuimos capaces de expresarlo, manifestarlo y concienciar al mercado de este producto gourmet y presentarlo adecuadamente, respetando la tradición, como lo hacen las dos bodegas de Valdeorras y los colleiteiros que lo elaboran de forma artesanal».

La asignatura pendiente, remarcó, es ampliar la producción de tostado y llegar a un segmento de mercado de alta capacidad adquisitiva y de cierto nivel cultural, que sepa el valor que tiene este vino. Pero también extenderlo al conjunto de la población en otros formatos más reducidos y a un precio asequible que podría ser de 18 a 20 euros, recomendó Castro.

«El Día das Letras Galegas habría que regalar un libro y una botella de tostado»

Propuso vincularlo a la cultura, por ejemplo al Día das Letras Galegas, regalando un libro y una botella de tostado. «Los catalanes regalan un libro y una rosa. ¿Por qué no, nosotros un libro y un tostado?». Habló de un marketing, de impronta cultural: «Hay mucha cultura en este vino, tanta como en un libro».

Y justificó la necesidad de la implicación del Consello Regulador y también de las Administraciones como la Xunta, la Diputación y los Concellos, además de la iniciativa privada. «Tiene unas expectativas de diana de mercado extraordinarias», argumentó, llamando a remar juntos para que despunte como sello propio de Galicia.

Recordó que «el tostado no es un vino para beber, sino para celebrar».

«El vino es como el móvil, vale para todo»

El escritor puso de relieve que «el vino en Galicia fue todo, significó calidad de vida. Hasta hace 150 años solo había vino, ni siquiera existía el aguardiente. El vino cumple muchas funciones: es estimulante, da energía, es un medicamento, ayuda a combatir el frío, es fiesta, alegría, es la sociabilidad, es acompañamiento en la gastronomía…Es como el móvil, vale para todo. «.

Antiguamente, detalló, el tostado era un lujo del que gozaba un sector de viticultores de cierto acomodo y gente rica, siempre para celebrar, regalar y presumir. Era un vino de consumo conspicuo. Uno podía presumir de ofrecer un tostado. Emilia Pardo Bazán captó y lo definió muy bien.

Destacó las cualidades del tostado: la frescura que no fatiga el paladar, que estimula el deseo de probar algo más; la gama de tonalidades, que transita desde el oro hasta el ocre. Y apostó por la variedad. «Jorge Mazaira lo ha hecho con garnacha. Hay colleiteiros que mezclan variedades con un éxito. Esto aumenta la paleta de los tostados. El paraíso y la riqueza es la diversidad», ensalzó.

García Pando: «El tostado debe ser un referente de de la Denominación de Origen»

El presidente del Consello Regulador, José Luis García Pando señaló que el tostado ya se elaboraba siglos atrás. «Es un capricho, en el sentido de que se elabora para tomarlo con los amigos, en los momentos más felices. Es un vino que nadie tiene, único, como pasaba incluso con el godello hace ya muchos años. Igual que en el godello el cambio fue espectacular, también esperamos que sea un vino de referencia en la Denominación de Origen Valdeorras.

En la actualidad, señaló, sólo hay dos bodegas de la Denominación y apunta que «esperamos que se incorporen más bodegas para elaborarlo porque es único».