Panadería Lorenzo de A Rúa: el amor por el pan de una saga familiar

Santiago Diéguez Rivera lleva las riendas de Panadería Lorenzo en A Rúa
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Panadería Lorenzo, situada en la avenida de Somoza número 30 de A Rúa, es uno de los establecimientos veteranos inherente a la historia de la localidad. Es mucho más que una panadería. Forma parte de la vida cotidiana de vecinos y vecinas, principalmente de A Rúa Vella, siendo un punto de encuentro en el que se despliega la amistad y vecindad. Si hubiese que resumir su esencia sería: familiaridad, artesanía y su aroma a pan tradicional que, día tras días, impregna la calle en la que se asienta.

En la actualidad, Santiago Diéguez Rivera regenta la Panadería Lorenzo como representante de la quinta generación de panaderos artesanos. Sus más de 20 años de experiencia lo hacen el mejor valedor para la continuación de la saga familiar en un establecimiento que ha contribuido a preservar la tradición en A Rúa.

Santiago Diéguez Rivera, en el obrador de la Panadería Lorenzo

La especialidad de la panadería, además de su pan artesano, son sus empanadas, de una amplia diversidad de ingredientes —carne, atún, mejillones, congrio, zamburiñas, pollo y chipirones—, entre las que destaca la empanada de «costrelas —costilla de cerdo —típica de A Rúa Vella. También oferta torta de roxóns —chicharrones, «hinchón», «bollo preñao», bicas, roscones, bica de manzana, pizzas, asados y bollería. Todo realizado con el cariño, la sabiduría y el buen hacer trasmitidos y adquiridos a lo largo de los años.

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Santiago Diéguez muestra una de las pizzas que elabora la Panadería

Santiago Diéguez Rivera cuenta que la panadería forma parte de su vida. «Crecí entre la harina. Siempre estuve aquí, desde que era pequeño. Le pongo mucho cariño. Intento hacerlo muy bien. Fui aprendiendo el oficio de mis padres y cada día intento mejorar», argumenta.

Relata que siempre trata de incorporar novedades como ya hizo en su día con la oferta de pizza, que se ha convertido en otro producto «estrella», elaborado con el sello personal de la casa registrando una demanda extraordinaria. Santiago Diéguez pone por delante «los ingredientes naturales» que emplea para todos y cada uno de los productos que amasa y hornea, incluidas las bicas.

Santiago Diéguez muestra una de las bicas que realiza con ingredientes como la manzana

Y detalla que el horno fue renovado hace escasos años, incorporando un modelo que permite utilizar leña y gasóleo como combustible. «La panadería es una actividad que exige sacrificio pero ha ido evolucionando y hoy hay avances con respecto al pasado para ejercer esta profesión», expone.

También destaca que el trato que se brinda a los clientes, pero también a sus trabajadoras, «es muy familiar y cercano».

Dos trabajadoras de la Panadería Lorenzo

Panadería Lorenzo contribuye enérgicamente al mantenimiento de las tradiciones, con la elaboración de los «bollos preñaos» para los magostos y el asado de las empanadas de «costrelas» durante la fiesta propia que ensalza este producto cada mes de diciembre.

Empanada recién salida del horno de la Panadería Lorenzo

Santiago Diéguez está orgulloso de la Panadería Lorenzo y lo que ésta representa, el amor a su familia y a una actividad artesanal que pervive en el tiempo.

Pan recién horneado de Panadería Lorenzo

Pero ¿cuál es su historia de la Panadería Lorenzo?

Corría el año 1962 cuando Camilo Pérez junto con su mujer Antonia González Bao, ambos vecinos de A Rúa Vella emigraron a Alemania a trabajar en una fábrica de ovillos de hilo con la finalidad de buscar un futuro próspero para su familia como muchas familias de la época que tuvieron que emigrar dada la situación de Galicia.  Antonio y Pepe, hermanos de Camilo, decidieron emigrar a Venezuela, en auge en aquel momento debido a la exportación de petróleo. A diferencia de sus hermanos, Camilo tenía la intención de retornar a casa, había dejado a su hija Rosa con los abuelos de esta Manuela Bao y Antonio Rivera. Su sueño era ahorrar y generar los suficientes recursos para la construcción de una panadería, seguir el oficio que se había comenzado en la familia por parte de su Abuela paterna Josefa.

Ángel Camilo junto a sus compañeros de emigración en Alemania, en 1964

A finales de los años 30, Josefa Rivera Barrio («Mari Pepa») decide mudarse a O Barrio junto con su marido Manuel Rodríguez Álvarez. En su casa de O Barrio, en un pequeño horno artesanal, empezó a hornear pan de forma modesta. En aquella época se elaboraba para consumo propio e intercambio pues era una época de escasez y penuria. Su hijo Antonio Rivera Barrio (Chiquito), junto a su mujer Rosa Pérez Rodríguez,dio continuidad a la elaboración de pan.  En el pueblo se conocía como el “Horno del Chiquito”.

Construcción de la actual Panadería Lorenzo, «Chiquito» (Antonio Rivera) —izquierda—, Camilo Rivera —derecha— y albañiles de la zona

En 1968, Camilo regresa de Alemania junto con su mujer Antonia e inicia la construcción de la actual panadería con la ayuda de su padre Chiquito, en su ubicación actual en la Avenida de Somoza, que en aquellos tiempos aún no se le conocía con ese nombre si no el de Rozas. No se le dio un nombre a la panadería y se conocía en el pueblo como “la panadería de Camilo”.

Camilo y Antonia

Camilo junto a Antonia empezaron a hornear en su nuevo horno de leña. En sus inicios, a parte del horno de leña, se disponía de una amasadora y el resto del proceso de panificación se hacía a mano. Para la elaboración de empanadas y torta de roxois —chicharrones— los vecinos se acercaban a la panadería con sus ingredientes y en algunos casos elaboraban ellos mismos. Las bicas y roscones se batían a mano. El «pan del Camilo» pronto se hizo famoso y se realizaba reparto de pan en A Rúa Vella y alrededores:  Roblido, Correxais, Rúa Nueva, Petin, Montefurado con su poblado y Vilamartín.El reparto al inicio se realizaba en carrito, burro o caballo.

Camilo realizando el reparto del pan

Con el paso del tiempo se fue modernizando la panadería; se inicia el reparto con coche, se compra batidoras, pesadora y formadora.

Enrique, hermano de Camilo, fue el primero en repartir en coche

En 1973, Camilo construye en «Rozas» un almacén para la harina que en su parte superior servirá de vivienda. Allí instaló un molino para la molienda del grano y para elaborar su propia harina. También almacenaba pienso —que se vendía como alimento del ganado— y sal, para las matanzas típicas de la zona.

Camilo compaginó el trabajo en la panadería con otra de sus aficiones, la viticultura, llegando a elaborar su propio vino para uso domestico y venta de uva.

En 1980 fallece Chiquito. Su mujer e hijos donan al Ayuntamiento de A Rúa los terrenos donde se ubicaba el antiguo horno de Josefa en O Barrio, dando lugar a la plaza actual denominada “Plaza do Forno”.

Lorenzo y Rosa, los padres de Santiago

En 1983 Camilo y Antonia dejan paso a su única hija Rosa Rivera que se hace cargo del negocio familiar junto a su marido Lorenzo Diéguez. Rosa pronto se hizo con las riendas del negocio gracias a su personalidad y valía, dando continuidad al buen hacer de sus padres, convirtiendo a la panadería en todo un referente de la zona. Su pan, empanadas, bicas y roscones eran famosos en la comarca. Los años 80 fueron una época de gran trabajo y duro sacrificio, asociado a la profesión de panadero.

Santiago Diéguez en sus inicios como panadero, en 1996

En 1998 Lorenzo Diéguez junto a su hijo Santiago se hacen cargo del negocio familiar por fallecimiento de Rosa. Un año después, se decidió bautizar la panadería como “Panadería Lorenzo”. Gracias al trabajo de padre e hijo los hermanos de Santiago Diéguez, Rosa María y Lorenzo, pudieron finalizar su educación secundaria y estudios universitarios, como era el deseo de su madre. Esta nueva etapa estuvo marcada por la huella dejada por Rosa e hijos y familia.

Una parte del obrador de Panadería Lorenzo

En 2005 se hace una reforma de la panadería. Se sustituye la amasadora y el viejo horno de leña por un horno más moderno de tres pisos que puede funcionar tanto a leña como a gasoil y que proporcionará una mayor producción.

Rosiña

Rosa, la hermana de Santy

En 2012, una vez finalizada su carrera de Diplomatura de Ciencias Empresariales, se hace cargo de la Panadería Rosa María (llamada cariñosamente “Rosiña” para sus amigos y referida como “A Nena” para sus familiares) apoyada por su padre Lorenzo y hermano Santiago. Toma las riendas de la panadería, pronto infunde su carácter y personalidad heredadas de su madre, dando un nuevo enfoque y empuje a la panadería. Se amplía la oferta de empanadas y pan, se comienza con la elaboración propia de torta de roxois, pizzas y bollería. Siempre manteniendo las recetas heredadas y el espíritu de la tradición.

Acompañada por Brais, el amor de su vida y su punto de apoyo, Rosa compaginó el trabajo en la panadería con su gran afición por el deporte con especial ilusión como corredora de MTB y Trial donde gano varios trofeos. Siempre muy competitiva y participativa en los eventos deportivos, además era miembro de A Santa Compaña y Club Jabalíes

Rosa tenía la facultad de tener siempre una sonrisa para todo el mundo, muy empática, con la capacidad de ayudar a los demás de forma desinteresada convirtiéndose en una persona muy querida por sus amigos, familiares y la sociedad ruesa.

En 2016 Rosa donó al Ayuntamiento una finca junto a N120 que, junto con otras aportaciones de otros vecinos y posterior acondicionamiento por parte del Ayuntamiento, dio lugar a un nuevo lugar de reunión cívica en A Rúa Vella.

En septiembre de 2018 Rosa fallece en accidente de trafico dejando un gran vacío en sus familiares y amigos. En noviembre de ese mismo año con el apoyo de vecinos, amigos y familiares, se hace cargo de la panadería su hermano Santiago Diéguez junto a su cuñado Brais González y con el apoyo de su padre Lorenzo Diéguez.

Ahora Santiago Diéguez lleva todas las riendas. A lo largo de la historia de la panadería han sido muchas las personas que han trabajado o han estado vinculado a la panadería entre otros Rafa, José Luis, Enrique, Manolo, Toña, Laura, Isabelita, Manola, Toña Somoza y más recientemente Rosi, Ariene, Reme, Otilia, Arantxa e Irene.

Productos elaborados por la Panadería Lorenzo de A Rúa

Panadería Lorenzo es el reflejo del amor por el pan de toda una saga familiar cuyo saber artesanal se ha ido transmitiendo de generación en generación.