El nuevo paisaje desolador que van pintando los incendios

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Hoy ha sido una jornada negra, Valdeorras es un «polvorín»

Carballeda y O Barco amanecieron hoy «sangrando» humo, con el fuego hasta el «cuello». La lluvia de ceniza envolvió pueblos de ambos municipios, noche y día. Una densa niebla provocada por la humareda, focos de fuego todavía activos —propagándose de un lado a otro con los golpes de viento— carreteras cortadas, el temor de la población al verse rodeada por el fuego y el dolor por los daños ocasionados por los incendios en las últimas horas protagonizaron este negro día.

Las sirenas no dejaron de sonar. Los medios aéreos surcaron una y otra vez el cielo para derramar agua sobre las llamas.

Las bridadas de extinción se batieron en un duelo a muerte con el fuego. La Unidad Militar del Ejército (UME) brindó su apoyo logístico. Todo el dispositivo se valió de sus «armas» contra el fuego, el enemigo que nunca se rinde para seguir «engullendo» hectáreas de monte.

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Al incombustible fuego de Riodolas (Carballeda), que ya suma 4.600 hectáreas quemadas, desde el pasado jueves, le siguieron otros en pueblos de O Barco como Santigoso, Vales, Éntoma, Santa Mariña y Cesures, entre otras localidades, después de cebarse la noche anterior con Alixo, Millarouso, Soulecín y Santurxo. Y llegó a Rubiá, donde se expandió con virulencia obligando a desalojar a vecinos y a cortar carreteras.

Los incendios persisten en Valdeorras y ya dejan un paisaje desolador, aterrador.

La de hoy ha sido una jornada negra en Valdeorras, después de una noche que tampoco dio tregua y en la que vecinos vieron incluso arder sus casas.

Brigadas y todo el dispositivo contra incendios vuelcan todo su esfuerzo en un «cuerpo a cuerpo» contra las llamas.

Valdeorras es un «polvorín» . Los incendios han cambiado hasta el color del cielo y el sol.

Algunas imágenes de la jornada: