El magosto de A Rúa desafió al frío, estrenó decorado y abrió la Cantina

El equipo de la organización del magosto
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A Rúa celebró su magosto popular. Este año, con novedades: un menú con más ingredientes, decoración especial para la ocasión, el uso de la Cantina de la estación del tren para el despacho de las viandas —local también decorado y acondicionado — y el exterior del recinto de las dársenas de la estación de autobuses libre de pintadas —fueron eliminadas horas antes—.

Antes de empezar, el recinto del magosto lucía decorado y meticulosamente ordenado para la celebración

En la estación de autobuses y en el interior de la carpa instalada fueron colocadas de forma ordenada y con todo detalle mesas con mantel; toneles posa vasos y paneles con motivos alusivos a A Rúa, alguno de ellos con luces de colores.

El interior de la carpa

Un toque de armonía y un cambio a la vista en la «estética» de un magosto que movió a más de 300 personas, algunas de ellas procedentes de los municipios vecinos de O Barco y Vilamartín.

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Tres niños disfrutando del magosto

Esta vez, además de castañas y «bollo preñado con chorizo», hubo empanada y bica, con agua, vino tinto y blanco.

Otro grupo de participantes

El magosto de A Rua, acompasado por la música, ayudó a entrar en calor a los asistentes en una jornada caracterizada por el frío.

Participantes

Esta cita había sido aplazada debido a la lluvia y el sábado dio rienda suelta a la tradición.

En familia

A Rúa vivió una edición más de su magosto.

Imágenes:

Junto a un panel con luces de colores
Despacho de las viandas del magosto en la cantina de la estación del tren
Sirviendo las castañas
Los más pequeños disfrutaron del magosto
En familia
El alcalde, Álvaro Fernández, repartió castañas
Grupo de amigos
Participantes
Vicente Solarat y Alberto Suárez, en la cantina de la estación del tren
Vecinos de Vilamartín y A Rúa, durante el magosto
Vecinos de O Barco, entre los asistentes
Protección Civil, en primera fila
La hoguera en la que se hizo el asado de castañas
María Teresa Varela y el alcalde, Álvaro Fernández
Carpa
En el recinto de la Estación del tren