Los propietarios comprueban cada día como desaparecen de la casa aperos de labranza, cestos y otras cosas sin valor pero lo han puesto en conocimiento de la Guardia Civil por la inseguridad que suscita el caso: «Es algo raro», dicen
Una casa de A Rúa, situada en la calle Pombar, empleada para guardar aperos de labranza y como gallinero, registra lo que podría corresponder a un insólito fenómeno de robos de objetos sin valor y entrada en propiedad ajena por parte de alguien que no deja rastro alguno. Todo comenzó con la desaparición de pequeñas cosas, casi imperceptible para sus propietarios, que echaban en falta algún que otro apero de labranza, cestos u otros.
Imaginando que podría tratarse de un descuido propio, de aquello «no sé donde pude dejarlo», al principio ni se percataron que alguien estaba llevándose objetos. Hasta que descubrieron un cesto y una horquilla, escondidos en el entorno de su propiedad (en la zona que linda con la pared del mural de un pequeño parque habilitado en la calle), como si el intruso o «expoliador» de objetos sin valor lo hubiera dejado allí para regresar a recogerlo o debido a una huida rápida precipitada por alguna razón. También descubrieron como la puerta de un mueble alacena esta abierta. No era un ratón, sino alguien que se dedica a entrar en casas sin moradores.
«Al principio teníamos la duda de dónde habríamos dejado una horquilla. Al poco tiempo, no encontrábamos un cesto antiguo que usamos para dar berzas a las gallinas. Después, otro cesto de goma que teníamos con un poco de leña. Y así sucesivamente, hasta que nos dimos cuenta que alguien estaba entrando pues apareció la ventana de la casa abierta y de un armario», relata Fina Álvarez.
No sabe exactamente por donde entra el intruso, ni si se está llevando más cosas. «Nos parece algo tan raro… Lo que hay en la casa no vale nada», valora. Sí es verdad que en su día, hace dos o tres años, registraron el robo de una pieza del tractor pero «esto es algo diferente, extraño y nos gustaría que se sepa porque infunde cierta inseguridad».
Fina Álvarez y su marido lo pusieron en conocimiento de la Guardia Civil, si bien no presentaron denuncia formal. El objetivo, alertar a la población del movimiento de un ladrón, intruso o «expoliador» de objetos sin valor por propiedades ajenas . «Es algo insólito y aunque los robos no son de valor, estamos preocupados», concluye.