El codillo más sabroso y animado dejó buen sabor de boca en A Rúa

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La fiesta gastronómica sentó a la mesa a 1.100 personas que disfrutaron de un menú renovado, música, baile y mucho humor

A Rúa vivió su Festa do Codillo de forma muy especial. Sentó a la mesa a 1.100 personas para disfrutar de una fiesta animada en la que la gastronomía fue aderezada con mucha música, animación y humor que dejó un buen sabor de boca.

Para el menú, Mantesil cocinó 1.900 codillos, 300 kilos de patatas y 300 kilos de grelos, además de bicas, consomé, vino (godello y mencía), licores y café, una carta renovada que incorporó un delicioso sorbete de limón al cava de Almendralejo y una dulce y cremosa Torta.

Los platos desfilaron a la mesa al compás de dos minutos de música para cada uno con «Smoke on the water» (Deep Purple), en el caso de la sopa; «Oh Pretty Woman» (Roy Orbison), en el el codillo;  «Mi limón, mi limonero» (El Frenillo de Gauguin) para el sorbete de limón y «Ojalá que llueva café» (Juan Luis Guerra), para el café, entre otras canciones de las que se ocupó el concejal del grupo de gobierno José Vicente Solarat.

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Un año más hubo una delegación de Almendralejo, ciudad extremeña hermanada con A Rúa, en la que estuvo su alcalde, José María Ramírez y los hijos adoptivos de A Rúa Juan Francisco Sánchez e Waybe Brabender.

También estuvieron personas vinculadas al mundo de la política, representantes de distintos ayuntamientos, el conselleiro de Medio Rural, José González; el director de la Axencia Galega de Turismo, Xosé Manuel Merelles; la delegada de la Diputación en Valdeorras, María del Carmen González y el delegado de la Xunta, Gabriel Alén.

La música fue uno de los ingredientes principales durante toda la tarde con Charanga Unión Phenosa y Danzalia Disco Show y ya por las calles de A Rúa y establecimientos hosteleros los Cantos de Taberna con Abertal (A Rúa), Pándega (Valdeorras), Os Parrandas (Córgomo), Os Recantos (Quiroga), Candaira (Castrelo de Val), As Travesas (A Mezquita) e Taboucas (Amoeiro).

El buen humor fue la tónica dominante. Los asistentes se rindieron al codillo.