El alcalde de A Rúa explica que la actividad y proyectos municipales no se detienen en el marco de la crisis sanitaria, que se traduce en una «preocupación extra»
El alcalde de A Rúa, Álvaro Fernández, hace balance de la actividad municipal dominada desde hace meses por la crisis sanitaria. «No ha habido descanso para el grupo de gobierno», señala. Y menos con el retablo que pinta la crisis sanitaria, donde hay una «preocupación extra», que le mantiene en vilo día a día.
Afirma que el número de contagios oscila de un día para otro (en la última semana 14, cifra que «ya habrá variado», estima). En este momento, el municipio en nivel de alerta 1 (entre 7 y 14 nuevos casos durante los últimos 7 días). «Ahora no vale relajarse. Está demostrado que los protocolos funcionan y que si se toman precauciones el riesgo es menor», valora.
Álvaro Fernández pone de manifiesto que la tarea municipal no se detiene, aún cuando una parte de la plantilla municipal está teletrabajando. Hace una relación de algunas mejoras ya terminadas y otras en proyecto. «Hay que mirar al frente y seguir avanzando», matiza.
¿Es más difícil ser alcalde en tiempos de crisis sanitaria?
Sí. Es una preocupación extra. En A Rúa hacemos un continuo seguimiento de las necesidades derivadas de la crisis sanitaria; cumplimiento de protocolos y un programa de desinfección constante en espacios públicos. La pandemia trastocó todo. Por poner un ejemplo, tuvimos que contratar una empresa para contar con suficientes monitores porque la ratio de alumnos era de 10. Y como esto, muchas otras cosas. La crisis sanitaria genera una tensión añadida, se respira desasosiego. Pero hay que asumirlo desde la tranquilidad y seguir adelante de la mejor manera posible porque si nos desanimamos no se hace nada.
¿En A Rúa se detectó mayor situación de pobreza a raíz de la COVID?
Ha afectado a las personas con menores recursos. La COVID lo agravó la situación. Pero estamos pendientes constantemente. Las organizaciones benéficas de A Rúa y el Banco de Alimentos realiza aportaciones más frecuentes para ayudar a paliar los efectos de la crisis.
¿La gente está concienciada en A Rúa con la prevención del coronavirus?
Cada vez más. Lo que ocurre es que cuando no hay casos, ocurre como en todas partes, nos relajamos. Hay que seguir llamando a la responsabilidad individual para mantener la alerta. Es lógico que salten casos porque nos movemos para trabajar, por cuestiones familiares y es inevitable. Pero cuantas más precauciones adoptemos, mejor nos irá. Invito a que los vecinos y vecinas de A Rúa sigan poniendo en práctica las medidas, porque los protocolos están funcionando. Se trata de hacer una vida acorde a la nueva normalidad.
La hostelería y comercio son grandes perjudicados
En el verano no fue tan mal como se esperaba. Aquí la economía es bastante lineal. Hay que ver la evolución. Yo espero que aguanten. La ventaja es que son negocios consolidados y el impacto del coronavirus es menor que en las ciudades. Pero claro, lógicamente hubo un descenso en la actividad.
¿Qué mejora reciente en A Rúa destacaría?
Una de ellas, el entorno de O Aguillón. Solicitamos el año pasado a la Confederación Hidrográfica una mejora y se ejecutó ahora toda la limpieza de márgenes, se retiraron chopos y la mejora salta a la vista. Es una zona de esparcimiento muy agradable, saludable y el lugar que tenemos para disfrutar al aire libre. Había un gran acúmulo de maleza, trapos, plásticos junto al cauce. La zona ha quedado completamente limpia, también en el entorno de A Reza. Desde el Ayuntamiento quitamos bancos que estaban rotos y solicitamos a la Diputación una máquina para allanar el terreno con el fin de que en el futuro sea más fácil hacer las labores de mantenimiento y desbroces. Habrá una segunda intervención para abordar los caminos.
También el Concello ha ejecutado una obra en la UNED
Sí. Hemos estado remodelando los baños de la UNED. Lo único que faltan son unos módulos prefabricados de separación de tabiques, que están pendientes de la empresa que los servirá. Se hizo una demolición, nuevos desagües y una obra muy completa. También hicimos un acondicionamiento en el exterior de la zona infantil del colegio Manuel Respino, mientras que la Xunta lleva a cabo una reforma integral en el Aula Infantil. Y se ejecutaron mejoras en la Guardería.
De aquí a final de año ¿cuáles son las actuaciones más destacadas?
La más importante es arreglar la calle Pireira. Estamos también pendientes la reforma de calle A Mazaira y del acondicionamiento del vial del futuro centro de salud en la calle Arnaveca, en este caso con una subvención de la Diputación de Ourense.
Hablando del centro de salud, ¿para cuándo?
Licitaremos la obra del vial y en unos días también saldrá registrada la propiedad del terreno para el centro de salud. A partir de aquí, será la Xunta la que de pasos para el proyecto.
Este año no ha habido vacaciones
Ni éste, ni el año pasado. Hace dos años teníamos que ponernos al día, al llegar a la Alcaldía, y durante 2020, porque ha habido necesidades extraordinarias debido a la crisis sanitaria. Son muchos frentes abiertos. Pero también por la inquietud personal de intentar que todos los temas y proyectos avancen. El tiempo pasa y si no lo empujamos, no va. Estoy volcado de lleno en el Concello. No ha habido descanso para todo el grupo de gobierno.