Este municipio es toda una alternativa para disfrutar del verano
A Veiga inicia el verano con un ir y venir de vecinos y visitantes para disfrutar de este lugar idílico, «esculpido» por un paisaje agreste, las aguas de su embalse y sus escarpadas rocas de granito.
A Veiga ha sabido conjugar su encanto natural, preservar su valor medioambiental con la paulatina reconversión de sus rincones para el turismo. Es el caso de sus playas fluviales, entre ellas la denominada «De los franceses».
La «Playa de los franceses» lo tiene todo: duchas, aseos, pantalanes, embarcaciones, la posibilidad de la práctica de deportes; parques y rutas de senderismo, a pie o en bicicleta, a través de su gran Senda circular del Xares.
Las playas de A Veiga van más allá del baño en las aguas del embalse, forman parte del engranaje medioambiental necesario para el turismo de interior.
El modelo de turismo de A Veiga se traduce en una apuesta sostenible, con respeto a la propia identidad, que compatibiliza la armonía del paisaje, sin perder ni un ápice de naturaleza, con el desarrollo del mismo.
La Playa de los franceses es una de las favoritas de los visitantes.
Al atardecer, cuando esta playa se recoge, se visualiza y se oye croar a las ranas. Su sonido rebrota con eco a través del vaivén del agua.
Aún cuando el Ayuntamiento no abre oficialmente la temporada de baño hasta el 1 de julio, sus playas fluviales y áreas recreativas registran ocupación, mucho antes, desde la llegada del buen tiempo.
Así, ha ocurrido en las últimos días y horas. El fin de semana ha sido un buen avance de lo que será en los meses de julio y agosto, donde se prevé una buena afluencia de personas.
A Veiga ha sabido sacar partido del embalse, que nació en 1958 con la construcción de la presa de Prada, y de los recursos naturales que la envuelven.
Vuelve a ser una alternativa para disfrutar del verano.
A Veiga es sinónimo de turismo saludable.
Empieza su temporada de verano.
