Alberguería, desaparecida localidad de A Veiga, fue engullida por el agua en 1958 con motivo la construcción de un pantano que dio vida al embalse de Prada. Este entorno, remanso de paz y tranquilidad, es elegido durante el verano por vecinos de la comarca de Valdeorras y foráneos para huir del bullicio, darse un baño y disfrutar de la naturaleza.
El embalse de Prada es un espacio cuasi virgen donde el silencio es posible, roto tan sólo por el sonido de la fauna, de los pájaros y el viento. Aquí, resuena el eco de las palabras.
Rico en fauna y vegetación, el entorno del embalse de Prada descubre paisajes inesperados al caminante.
En sus orillas se forman pequeñas playas de arena generadas por el desgaste de la roca caliza.
Situado a más de 800 metros de altitud es, a partir del mes de julio, y durante prácticamente todo el verano, cuando más visitas recibe.
Eso sí, no está masificado y el relax está asegurado. Mientras Alberguería «duerme» bajo las aguas, el embalse invita al descanso.