…Y el RUA de Solarat «dixit»: abstención

Rueda de prensa convocada por el RUA para explicar su abstención
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El RUA movió la «ficha» de la abstención. Se abstendrá en la votación de la investidura el día de constitución de la Corporación municipal de A Rúa, el próximo sábado. Así las cosas, el PP de Álvaro Fernández gobernará en minoría. No habrá tripartito, entre otras cosas porque el BNG ni siquiera llegó a posar la «baraja» sobre la mesa. Así lo considera José Vicente Solarat López, quien señaló que si hubiese habido opción, a día de hoy no estaría tomada la decisión, en alusión a que hubiera estado reñida la deliberación.

La abstención fue decidida por votación de todos y cada uno de los miembros de la lista, a excepción de dos ausentes. El resultado: 10 votos a favor y uno en contra. El resultado fue comunicado por Solarat a PP y PSOE, los dos partidos con los que se reunió en la última semana.

José Vicente Solarat indicó que, cerrada la posibilidad de negociar un tripartito, había tres caminos: la opción más fría sería «votarnos a nosotros mismos»; la más comprometida, inclinarse hacia un gobierno «del que aún no tenemos respuesta a lo que pretendemos», y la vía elegida, la abstención, que «implica dejar abierta esa cogobernabilidad, o no».

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Pero el desenlace sobre los pactos de gobernabilidad está por llegar. Todo dependerá de si se aceptan las propuestas del RUA. Una es la ya citada tenencia de alcaldía de la que Solarat dice debe tener «autonomía de gestión, no de decisión», siempre desde el respeto institucional hacia el alcalde, y para varios temas relacionados con el turismo, el desarrollo industrial y la programación lúdico-recreativa. También solicitará representación en la comisión de gobierno si llega a crearse.

Solarat manifestó que «vamos a colaborar desde el primer día pero esperamos poder transformar esa colaboración en un gobierno de la más amplia base posible»…Y ahí lo dejó, a modo de avance y de «rompecabezas», porque dicha cuestión centrará otra de las propuestas al nuevo gobierno del PP sobre la que todavía no quiso pronunciarse.

Considera que sobre el RUA planea la sombra de la «sospecha» en cuanto a «que tengamos el protagonismo, que ello oscurezca la labor de la alcaldía. Pero no es así. Nosotros lo que tenemos es las ideas claras, las energías suficientes y los contactos necesarios para poner sobre la mesa del gobierno municipal iniciativas y temas en los que estamos preparados», aclaró.

También se pronunció sobre la ronda de negociaciones de la última semana y la ausencia del BNG. «El BNG se llevó la baraja», dijo. Calificó el reciente comunicado del BNG de «desafortunado» y retó a que la formación nacionalista «demuestre a que en mis 35 años de concejal haya tenido yo algún beneficio personal o cualquiera de mis allegado familiares».

Tildó de «injusto» que el BNG llamase desleal a Luis Fernández Gudiña por sentarse a escuchar las propuestas del RUA y dijo que «en el BNG se han sincerado con lo que son, creemos que tienen una soberbia difícilmente justificable. Si se quiere pelear por una alcaldía o una alternativa, hay que mojarse y hablar con el grupo que puede facilitarla. Ellos nunca tuvieron intención de hablar con nosotros».

Definió la estrategia del BNG del tipo «de los señores feudales, que quieren dominar el territorio e implantar servilismo».

También se pronunciaron miembros de la lista del RUA sobre la abstención y los pactos. Amancia Santalla, número cinco de la lista del RUA, expresó «nosotros, las personas de la lista, somos gente del pueblo, no políticos, que queremos el bien de nuestro pueblo, que empiece a resurgir y que no se apague». Señaló que «el BNG tendrá que demostrar que había un pacto previo con el PP, que lo demuestre». Y reiteró que nosotros «no nos negamos a negociar con nadie».

Por su parte, Marina Puga Alonso, número seis de la lista, también destacó que «este es un grupo heterogéneo. Cada uno tiene sus ideales, sus ideas. Si hubiera habido más opciones, la decisión hubiera sido muy complicada».

Y Alberto González Suárez, que tendrá representación como concejal en la Corporación, valoró que «el BNG ha menospreciado a sus votantes. Tendría que ser una fuerza política que tiene que encabezar una alternativa de gobierno y sin embargo su reacción fue de una espantada, un miedo a perder. Un político debe saber perder y ganar y creo que María Albert perdió la condición de política».