Vilamartín: un minuto de silencio por las mujeres asesinadas

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El Concello también visibilizó el 25N y se sumó al manifiesto de la Fegamp

El Concello de Vilamartín, que preside Enrique Álvarez Barreiro, también visibilizó el 25N. Pidió un minuto de silencio en cada hogar por las víctimas de violencia machista. El Ayuntamiento se sumó también al manifiesto de la Federación galega de municipios y provincias (Fegamp) que dice así:

Los ayuntamientos gallegos manifestamos nuestro rechazo ante todo tipo violencia, y de manera específica, nuestro compromiso con la erradicación de la violencia ejercida contra las mujeres; drama que conocemos bien a través de los 82 CIMs que componen la red municipal de atención a la mujer en nuestra comunidad autónoma. Un estudio de la Federación Gallega de Municipios y Provincias acaba de mostrar que el año pasado 16.000 gallegas solicitaron atención nos nuestros centros. ¿Cuántas más no llegan a nuestras puertas y siguen sufriendo maltrato?

Precisamos reforzar los planes de prevención y de respuesta, dotarlos adecuadamente de fondos, recursos humanos y materiales, y sobre todo, que las víctimas sientan que nuestros servicios de asistencia y protección están ahí para ellas y puedan reunir las fuerzas para pedir ayuda.

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Estas necesidades siempre deben ser prioritarias pero, en este momento, son una emergencia mayor: La COVID19 hace que corran tiempos duros de estrés económico y psicológico. Cada una de estas tensiones es de por sí un peligroso detonante de conductas irracionales como el machismo y lo maltrato, y la combinación de las mismas multiplica la amenaza.

Además, las restricciones para combatir esta crisis sanitaria son para muchas víctimas del maltrato una pesadilla peor que el propio coronavirus, ya que dichas medidas obligan a reducir al máximo las relaciones sociales y a permanecer en el círculo familiar más estrecho, es decir, a quedar más aisladas con su maltratador.

Hace falta, desde nuestras competencias y responsabilidad, poner todos los medios para evitarlo. Las políticas de prevención, vigilancia y auxilio ante el maltrato son la primera línea de batalla. Pero no se puede perder de vista que el objetivo final es erradicar el germen: la mentalidad que hace distinciones entre hombres y la mujeres en lugar de considerar a todos por igual cómo lo que son, personas.

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Esta discriminación —generada, mantenida y defendida por una tradición de machismo dominante—, es el grillete que impide a la mujer ocupar en la sociedad el espacio que le corresponde por derecho propio. Los techos de cristal y la discriminación laboral y salarial son difíciles de probar, pero existen.

Por ese machismo, la mujer sigue quedando enmudecida fuera de órganos de decisión, cuando lo que la sociedad necesita es darle voz y enriquecerse con sus aportaciones. Como la brillante Concepción Arenal había señalado hace casi dos siglos: “la sociedad no puede en justicia prohibir el ejercicio honrado de sus facultades a la mitad del género humano”.

Pero además de minar el derecho a un trabajo digno o una carrera profesional, las trabas laborales comprometen la independencia de muchas mujeres, abocándolas una vez más a ellas y a sus hijos e hijas, a caminos sin salida con su maltratador.

El maltrato es fruto de un comportamiento y la mejor herramienta para preverlo es la concienciación; que los propios hombres no solo no conciban la violencia sino que tengan la voluntad de combatirla. La promoción de la igualdad real entre mujeres y hombres es un reto que debe asumir la sociedad en general pero, por ser los más próximos a las personas, los gobiernos locales tenemos un papel decisivo.

Es fundamental trabajar en la educación y la concienciación de la ciudadanía, aplicando la perspectiva de género en todas nuestras políticas y acciones. Por eso, desde el municipalismo, hacemos un llamamiento a todas las instituciones locales, para que en su día a día aprovechen la oportunidad que tienen de trabajar # PoloBoTrato y sigan el decálogo de buenas prácticas elaborado por nuestra Federación y el Colegio Oficial de Psicología de Galicia.

Avancemos en la búsqueda de la igualdad y comprometámonos a:

  • Emplear lenguaje libre de connotaciones sexistas.
  • Integrar la perspectiva de género en nuestras decisiones.
  • Difundir una imagen no sexista de la mujer.
  • Trabajar en la prevención de la violencia machista y promoción de los valores de igualdad y respeto entre toda la población, especialmente a más nueva.
  • Fomentar la ética y la corresponsabilidad en las tareas y el cuidado tanto de menores como de personas dependientes.
  • Identificar y emendar las posibles deficiencias que encontremos a nivel municipal en la lucha contra la violencia hacia las mujeres.
  • Respetar la conciliación de la vida laboral, familiar y personal, y la igualdad de oportunidades en el plantel.
  • Promover una representación equilibrada de mujeres y hombres en todos los ámbitos de actuación municipal.
  • Rechazar la contratación de actividades en las que se ofrezcan una imagen sexista de la mujer.
  • Prestar especial atención a las mujeres en situación de vulnerabilidad