«Es una idea de trabajar el archivo y la memoria a partir de un concepto distinto y explorar hasta qué punto se puede llegar a recordar a una persona sin verla, solamente a través de lo material», relata el autor del corto recién estrenado
Víctor Santos acaba de estrenar en O Barco su corto «Materia que compone tu recuerdo». Es el segundo, pero lo siente como el primero. Tiene un gran valor para él, entre otras cosas porque lo hizo volcando todo su sentimiento y prácticamente sin presupuesto.
En este trabajo conjuga la idea del pasado, «las cicatrices químicas que va dejando el tiempo sobre el material». En el corto no aparece la persona recordada, sino que lo hace como si fuese un fantasma a lo largo de todo este trabajo audiovisual.
Graduado en Periodismo y Comunicación Audiovisual, este joven de O Barco reside en Barcelona, ciudad donde realizó un máster de cine y donde emprende ahora el doctorado en Comunicación. Víctor Santos es toda una promesa del mundo audiovisual.
Valdeorras de Cerca: El corto tiene un título profundo, La materia que compone tu recuerdo…
El título tiene mucho que ver con cómo está tratada la imagen en el cortometraje. Esta última palabra no sería la adecuada porque realmente no tiene una intención narrativa sino algo más bien experimental. Pero sí la idea es trabajar la idea del recuerdo a partir de la intervención material de la imagen. Lo que estaba pensando es que muchas veces cuando vemos fotografías antiguas, pensamos en el pasado, pensamos en el chasquido de un vinilo, en la rotura de una fotografía, en las cicatrices químicas que va dejando el tiempo sobre el material.
Quería trabajar en cómo se recuerda a veces a las personas desde la rugosidad de la imagen, en este caso de una cinta de súper 8, más que desde la propia figura de la persona que quiero recordar. Es una película en la que hablo de una persona pero esa persona prácticamente no aparece. Aún que tu no veas a una persona, ves la materia viva, la materia en creación constante, los dibujos del negativo desgastado, las manchas que te traen la idea de que esa persona ya no está pero que de algún modo está presente.
V de Cerca: ¿Qué tipo de recuerdos?
Son recuerdos de todo tipo, muy personales, de un familiar mío, pero se puede extrapolar a cualquier tipo de recuerdo de épocas, de momentos históricos, de personas. Hay cineastas que trabajan también películas de la primera Guerra Mundial con esa idea de la materia, más que de la imagen.
V de Cerca: ¿Cómo diste el salto, era algo que querías hacer desde hace tiempo, premeditado o surgió por casualidad, espontáneamente?
No fue premeditado. Partió de un trabajo para un máster de cine que he realizado, a raíz de un ensayo audiovisual de tema libre, un taller que hice en clase. Por casualidad, encontré una cinta familiar de súper 8 y se me ocurrió que podía intervenirla, es decir, mirar lo que había en ella y actuar sobre ella. Utilicé un punzón para escribir sobre el propio negativo y un baño de lejía para quitarle el color para simular esa idea de intervención material y el recuerdo a través de esto. Quise probar en lugar de hacer un video ensayo de montar imágenes digital, quise hacerlo manualmente.
V de Cerca: Personalmente, ¿qué representa para ti tu trabajo?
Es una idea de trabajar el archivo y la memoria a partir de un concepto distinto y explorar hasta qué punto se puede llegar a recordar a una persona sin verla, solamente a través de lo material. Es una forma de repensar la idea de tiempo, la idea de archivo y de memoria a partir de materiales que están en degradación, rotos, en los que ya no se ve la imagen porque está completamente desgastada. Era una intención de explorar esa idea teórica, de qué manera el tiempo se puede manifestar en una imagen sin que nosotros lo podamos controlar. Hay un teórico francés que llama a esto «cicatrices de tiempo o memoria a través de la rugosidad del material» y es la idea clara que yo tuve en el proceso, tanto al ver las imágenes como al intervenirlas manualmente.
V de Cerca: ¿Tiene un lenguaje fácil, comprensible para el público?
Yo creo que sí. Creo que el mensaje se transmite bien. Simplemente es el metraje que yo encontré, intervenido pero prácticamente sin cortes, en bruto, con las colas y una narración que no incide en aspectos teóricos sino que deja el poso para que el pensamiento salga de la imagen.
V de Cerca: ¿Cuál es tu meta o sueño, quieres llegar a alguna parte con este corto?
La verdad es que no. Este tipo de ensayos no suelen tener mucho recorrido. Lo hice un poco porque era un trabajo de clase y porque me apetecía hacerlo, crearlo. Me dieron la oportunidad de proyectarlo en la Semana de Cine del Cine Clube Groucho Marx de O Barco y yo se lo agradezco, pero no creo que vaya mucho más allá. Es cierto que lo publicó un revista especializada pero más allá no creo que tenga más repercusión.
V de Cerca: ¿Tus próximos proyectos en el mundo del cine?
Lo que más me gusta es pensar el cine, más que hacerlo. Hacer cine requiere mucho presupuesto, es muy difícil, pero pensarlo es mucho más fácil pues no necesitas más que un libro y una libreta en la que apuntar, es decir, pensar las imágenes desde las propias imágenes más que hacerlas, aún cuando sea más divertido hacerlas. Es muy difícil llevar hacia adelante proyectos porque requieren mucho presupuesto. Desde fuera parece que no, pero sin suerte y financiación no es posible. Quiero seguir haciendo cosas, crecer, sí.
V de Cerca: Amigo del cine
Siempre. Creo que la gente debe ir al cine, que tenga su espacio tanto en la cultura, no solo de las ciudades sino también de los pueblos.
V de Cerca: ¿Cómo ves ahora tu tierra, O Barco, desde que vives en Barcelona?
La Semana de Cine forma parte de la historia cultural de O Barco. Siempre hay gente que tiene talento y hace buenos trabajos. A mí me gusta mucho Valdeorras. Quiero vivir aquí. Cuando termine mis estudios quiero volver a O Barco porque, lo que tiene, sobre todo es calidad de vida. En mi tierra me siento cómodo, la gente es mucho más abierta que, incluso, la de las ciudades. Me encanta.