Un radioficionado de Alicante, Julián Martínez, eligió A Rúa para transmitir las coordenadas de la capilla de San Roque y darla a conocer al mundo. Participa en el Diploma Ermitas de España, que organiza la Unión de Radioaficionados de Tudela (Navarra) con el fin de difundir la historia religiosa y popular de cada rincón de la geografía española, fomentar la preservación del entorno histórico-natural de dichas obras arquitectónicas y el contacto entre todos los radioaficionados.

Antes de llegar al campo de San Roque pidió permiso a la Policía Local de A Rúa para desplegar una antena, construida por él mismo, de varios metros de longitud que tuvo que atar a un árbol a fin de buscar la mejor señal.
Después, sentado en su vehículo comenzó a retransmitir con el lenguaje propio de los radioaficionados.

Su indicativo de radioaficionado es EA5SM. «Me costó encontrarla. Es la primera vez que se da a conocer al mundo a través de este diploma. Hay diplomas de todo tipo, por ejemplo de vértices geodésicos, de pueblos, provincias… Éste es sobre ermitas. Es una forma de divulgar la cultura y el patrimonio», argumenta Julián Martínez».

Es funcionario y aprovecha sus vacaciones para practicar su afición. Estos días se encontraba en Carballiño, donde tiene unos amigos, y también viajó a Portugal para realizar otra retransmisión similar.
«El año pasado me centré en Carballiño», añade.

Aún cuando estos diplomas son competitivos, este radioficionado alicantino no lo hace por ganar premios, sino «porque le gusta, por amor a esta actividad», dice su mujer, María del Carmen Conesa, que le acompaña recorriendo pueblos para «activar» las ermitas.
«La recompensa es participar en la difusión cultural del patrimonio», expone. En este sentido, la capilla la de San Roque «es virgen, por decirlo de alguna manera, nunca antes lo había hecho ningún radioficionado, la ha recogido él», expone su mujer.

En el lenguaje de radioficionado se dice que «ha activado» la capilla de San Roque, retransmitiendo unas coordenadas que alcanzan todo el Planeta.

Ser radioaficionado es una afición que sigue viva, aún cuando ha registrado un descenso en los últimos años debido a la falta de relevo generacional. La existencia de internet no interfiere en la misma en tanto en cuanto «ambas cosas se han complementado, se han acoplado», detalla Julián Martínez.

En la actualidad, hay unos 15.000 radioaficionados en España frente a los más de 30.000 que hubo en el pasado. «Por desgracia, la gente joven no se interesa», lamenta Julián. En este sentido, explica que «el fundamento de la radioafición antiguamente era comunicarse entre varios lugares. Al principio los aficionados construían sus propios equipos y eran, de algún modo, investigadores en el campo de la electrónica. Ahora ya es posible comprarlos».

La radioafición, además de constituir una forma de comunicación a través de las ondas, encierra diversión y retos como el de la localización de las ermitas a través de los denominados diplomas.
La capilla de San Roque fue protagonista durante unas horas a través de las ondas en el mundo.