La Semana Santa se vivió con intensidad en todos y cada uno de los rincones de la geografía de la comarca de Valdeorras. La Pasión de Cristo fue escenificada en cada lugar conforme a sus tradiciones.

El Viernes Santo, fue el día por excelencia del Santuario de Nuestra Señora de Las Ermitas, teniendo en cuenta la popularidad de su Vía Crucis, que data del siglo XVIII. En total, 15 “estaciones” y paradas a lo largo de, aproximadamente un kilómetro. Concentró a fieles procedentes de toda España.

Devoción y fe desfilaron por el empinado Camino del Desierto, al compás de la oración y el fervor.

Oración y sentimiento religioso se fundieron con la lectura de los pasajes biblícos.

La trascendencia del Santuario de As Ermitas y el amplio programa de actos religiosos lo convirtió en el punto de visita obligada de la Semana Santa.

A Rúa no se quedó atrás. Además, de procesiones y diversas ceremonias religiosas vivió su singular “Desenclavo” en la iglesia de San Estaban. Su escenificación no sería posible sin la implicación de los vecinos y vecinas de la localidad.





Los hombres hicieron descender a Cristo de la Cruz y lo metieron en una urna de cristal para sacarlo después en procesión.


Eso sí, antes lo mostraron a los ojos de la Virgen.

Las mujeres, ataviadas de vestidos de luto, acompañaron a la Virgen y depositaron flores a los pies de Cristo.




