Os Corrolos: La familia que se reencuentra una vez al año para poner en valor sus raíces en A Rúa

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Mantuvieron la octava edición de una «xuntanza» en la Bodega Alán de Val, llegados de otras latitudes de España, para ensalzar el valor de la tierra, reforzar sus lazos familiares y transmitirlo a sus descendientes

Os Corrolos. Este es el apodo por el que se conoce a una familia de A Rúa Vella (oriunda de O Barrio) con ascendencia de Alfonso Rodríguez González y Argentina Arias Pumares, que tuvieron cuatro hijos (Dolores, Manuel, Marisa y Jose), dos de los cuales emigraron a Barcelona. Los descendientes idearon hace ya unos años un encuentro, «xuntanza» anual para preservar sus raíces, no olvidar su identidad y procedencia y, al mismo tiempo, reforzar lazos familiares.

Este fin de semana celebraron el Encuentro Os Corrolos, que cumplió su octava edición. Lo hicieron, como cada año, en la bodega Alán de Val, el marco incomparable para recordar de donde vienen, desde el que se atisba el bello paisaje de la localidad envuelto por el embalse. Y ataviados con camisetas para la ocasión, como manda ya su tradición, esta vez en color morado.

Los hijos de José, Manolo, Dolores y Marisa se reúnen una vez al año en la bodega Alán de Val, el primer fin de semana de marzo. Viajan desde diferentes localidades de Barcelona como Rubí, Sant Cebrià de Vallalta, Sabadell y Castellar, y de otras como Andorra, Lleida, Madrid e incluso Gijón, además de contar también con los familiares locales que viven en A Rúa y O Barco, así como sus amigos de «Alán de Val», principalmente Joaquín y José Luis Sánchez, que abren las puertas de labodega año tras año para el evento familiar.

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El espíritu de esta celebración familiar la infunde el sentimiento familiar de reunirse una vez al año al tiempo que se transmite el amor por A Rúa a las nuevas generaciones de la familia. Se trata de revivir el sentido de pertenencia y preservar el sentido de pertenencia a esta tierra.

«Los descendientes de Os Corrolos, los primos, decidimos juntarnos siempre el primer fin de semana de marzo para mantener viva la unión familiar pues cada uno trabaja y vive en diferentes localidades españolas. En A Rúa Vella están nuestras raíces. Traemos a nuestras parejas, hijos e hijas. Aquí están todos los descendientes de Alfonso y Argentina y todas las generaciones. Es una cita obligatoria. Es muy especial para nosotros», explican Alfonso Rodríguez Dos Anjos, David y Jose Manuel Rodríguez Veraguas y Alfonso Ramos Rodríguez.

Los que ya han nacido en Cataluña subrayan que es una forma también de honrar a sus padres, valorar sus sacrificios, lo que pudieron pasar en su infancia, «sin grandes lujos, valorando cada detalle de la tierra, que emigraron a otras ciudades donde había más trabajo para progresar ellos y sus descendientes, que somos nosotros. Se trata de recuperar la tierra, a la que nuestros abuelos tuvieron que renunciar para tener mayor calidad de vida», expresa David Rodríguez Veraguas.

Son nuestros orígenes, muchos recuerdos, porque de pequeño venía en verano, jugaba en las calles y hay amigos, historias, que remueven los sentimientos, a flor de piel. Son nuestras raíces y es muy importante», añade su hermano José Manuel Rodríguez Veraguas.

«No venir a A Rúa tendría una connotación negativa: Que la vida no me está yendo bien», dice Alfonso Ramos, mientras su primo Alfonso Rodríguez reafirma que «Os Corrolos» seguirán con esta «quedada familiar», la mejor idea para no perder el vínculo familiar, con A Rúa y pasar el testigo a las nuevas generaciones.

Esta es la historia de una «xuntanza» que solo se suspendió un año, el fatídico de la pandemia; nueve años de convivencia un día al año y ocho ediciones que seguirán cumpliéndose.

Toda una fiesta para la que recorrer más de mil kilómetros no es un obstáculo y que ensalza el valor de la familia y la tierra.

Así fue en imágenes: