La «pisa de la castaña» pervive en San Vicente

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La Asociación de Vecinos recreó esta singular tradición para seguir manteniéndola viva

La Asociación de Vecinos de San Vicente recreó la «pisa de la castaña», una tradición secular en este pueblo de Vilamartín de Valdeorras, que pervive y conserva con el objetivo de mantener viva la memoria y tradiciones de un pueblo en el que el castaño forma parte de su identidad.

Elisa Sánchez González, presidenta de la Asociación de Vecinos de San Vicente, relata que las castañas «fueron un medio de vida, un complemento a los ingresos familiares. Tenemos mucho que agradecer a los castaños, que aquí siempre cuidamos».

La recreación de la «pisa de la castaña» es un símbolo de que San Vicente está vivo y expresa el deseo de su población de que no mueran las tradiciones.

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La «pisa de la castaña» forma parte de las labores de secado de las castañas, para que se conserven y aguanten el invierno. Una vez realizado el secado en el «sequeiro» con el humo de una hoguera, se realiza la «pisa».

Las castañas se introducen en una tela, cerrada por los dos lados, y dos personas la agitan y baten, generalmente contra un tronco que llaman pisón. Así, corteza y cáscara se separan del fruto.

Después, se limpian, desechando las pieles, en un apero de madera para realizar la criba.

San Vicente apuesta por sus tradiciones.