La feria de 1812 de Petín se desarrolló este fin de semana para revivir un capítulo muy especial de la Guerra de la Independencia, la expulsión de los franceses gracias a la intervención armada de las mujeres del pueblo. Sin embargo, este año la feria discurrió más por la vía de la animación que por la historia.
Hubo teatro en la calle, el pase más esperado de los «bois» de Mario Nogueira y Cristina Gómez, artesanía, arte, vino, dulces, exposición de radios antiguas e, incluso, venta pimentón elaborado in situ por un molino de los años 40.
Este evento cultural fue organizado, un año más, por la Asociación Cultural Fonte Grande que preside Raquel María Bautista.El colectivo estuvo al «pie del cañón» despachando churrasco, comida y bebida desde el puesto de la taberna de la organización.
Durante la feria quedó de manifiesto que «ser de Petín es mucho más que un sentimiento», tal y como dijo el pregonero, Luis Posse.
En la feria hubo visitas al museo de la cerveza de Javier López y también llamó la atención un molinillo de pimiento que, in situ, trituró pimientos de Carracedelo para despachar pimentón durante todo el fin de semana. Tampoco faltaron espectadores a la exposición de radios antiguas, maquetas de barcos y bonsais, entre otras alternativas. La feria de Petín volvió a lucir en esta edición.