La Feira Irmandiña llena de vida O Bolo

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Expositores de productos locales, artesanía en vivo, gastronomía, visitas guiadas y juegos infantiles protagonizan esta nueva feria

La primera Feira Irmandiña llenó de historia, colorido y ambiente el entorno del castillo de O Bolo, donde fueron instalados expositores de productos locales, hubo visitas guiadas, artesanía en vivo —alfarería— y gastronomía. Una parte de vecinos y visitantes se enfundaron en vestimenta de época para disfrutar de esta jornada.

La feria fue inaugurada por el alcalde de O Bolo, Alberto Vázquez y el teniente de alcalde, Miguel Ángel García, quienes recordaron la importancia de promover los recursos propios de la tierra a través de iniciativas como ésta, invitando a vivirla y disfrutarla.

Luis Carrón, licenciado en historia y guía turístico del municipio, explicó el sentido de esta feria. Dijo que casi todos los valdeorreses están de acuerdo en que el municipio de O Bolo puede presumir del patrimonio arquitectónico y artístico más singular de la comarca, tal y como reflejan el castillo y el Santuario das Ermidas —puntualizó—.

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Citó también como valor añadido el Museo del pintor Yosso y un hecho histórico relevante: «La reina Urraca I pasó unos días en el primer castillo de O Bolo, en el siglo XII, y durante mucho tiempo este municipio mantuvo vivo este recuerdo», relató.

En el siglo XV el primer castillo de O Bolo fue derrocado por las tropas irmandiñas, que protagonizaron una auténtica revolución. «Por primera vez en Europa se producía un movimiento anti señorial con unos objetivos claros, con legitimidad y una organización coherente», añadió Carrón.

Luis Carrón señaló que a veces imaginamos a los Irmandiños como bandas de agricultores harapientos, armados con hoces, quemando todo lo que se les ponía por delante. Pero en realidad, «conformaban una fuerza organizada, amparándose en la figura del Rey y en la fuerza de la Ley. Cuando no funcionaban estos recursos, sí echaron mano de la violencia», aclaró.

Carrón detalló que a pesar de la destrucción del castillo, los antepasados llevaban muchos años luchando contra los abusos de sus señores y reclamando derechos.

«Los irmandiños tomaron la justicia por su mano. Fueron derrotados, pero también ejemplo de que ningún orden social injusto puede perdurar para siempre».

Carrón indicó que O Bolo tiene la responsabilidad de conservar esa memoria de hace más de 500 años. «En algún lugar reposa la historia de lo que aconteció en O Bolo en los días en los que las Irmandades gobernaron el Reino de Galicia», concluyó.

Y animó que se retomen los trabajos para recuperar uno de los más apasionantes capítulos de la historia.

Productos locales como pan, miel, licores, vino, mermeladas, artesanía y otros conformaron los expositores al pie de la fortaleza.

La escuela de gaitas de O Bolo, dirigida por Xosé Lois Foxo, puso la música a esta cita festiva.