Jesús Cintora: «El periodismo es más necesario que nunca»

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El periodista y autor de «No quieren que los sepas»: «Hay quien día a día cede al poder y declina su labor de periodista para, al final, ser un palmero de los poderosos. Y yo a eso me niego«

Jesús Cintora no tiene pelos en la lengua. El conocido periodista habla alto y claro de los tentáculos del poder, del lado oscuro de la política, la sanidad, la justicia y los medios de comunicación en su libro «No quieren que lo sepas», presentado en O Barco esta semana con un lleno hasta la bandera y que hoy llega a Sanxenxo, el 8, a Bueu y el 9 a Cambados.

Firme defensor de la auténtica esencia del periodismo, la de contar lo que sucede; de un periodismo para la ciudadanía y no para el poder, Jesús Cintora se define sencillamente como «un periodista», sin más, a secas, porque «el periodista tiene que serlo».

Cintora considera que el periodismo es más necesario que nunca en la actualidad, que la labor del periodismo es «también testificar. Debe contribuir a una sociedad avanzada y plenamente democrática, que debe saber, conocer. El periodista ha de ser, entre otras cosas, quien ejerza también una labor de control del poder a través de algo tan sencillo como contarle al pueblo lo que ocurre (…) Algo falla, por cierto, cuando quienes callan son premiados y quienes lo cuentan reciben el castigo«. 

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Valdeorras de Cerca: ¿Malos tiempos para el periodismo?

El periodismo es un oficio más necesario que nunca porque hay quien no quiere contarnos lo fundamental de lo que ocurre, dejando muchas zonas oscuras. Defiendo el periodismo. Es imprescindible contarle a la sociedad lo que ocurre porque los periodistas somos la conexión entre los hechos y el ciudadano. Nos debemos a los ciudadanos. Tenemos una labor social que cumplir a pesar de que hay quien se rinde a los poderosos y declina esa función del periodista.

VdeC: ¿El periodismo de «denuncia» ha muerto?

Está habiendo un recorte del tiempo en programas dedicado al periodismo de investigación, al periodismo de contar más las inquietudes de los ciudadanos, lo que ocurre con la sanidad pública, sus carreteras etc.. Faltan más programas de denuncia. Las televisiones públicas dedican mucho espacio a karaokes, orquestas. Está bien que haya entretenimiento pero ¿por qué ese recorte en periodismo dedicado a contar las inquietudes de la gente y sus problemas? ¿Acaso es que quieren una población distraída, sumisa, aletargada? A veces parece que el periodismo de denuncia, que cuenta lo que le preocupa al ciudadano, está en período de extinción.

VdeC: En la sociedad de hoy, era digital, cualquier persona se etiqueta como periodista por el mero hecho de estar en una red social ¿qué opina del intrusismo en la profesión?

Defiendo la labor del comunicador. En mi caso me licencié en Periodismo aunque me gusta decir que tengo una doble licenciatura: una es el Periodismo y otra la vida, una vida muy ligada a lo que trabajé en mi pueblo (Ágreda, Soria), en la ganadería, en el campo, con mi abuelo. Aprendí mucho en la universidad y aprendí mucho en el camino. Esa es la realidad.

Hay profesionales de todo tipo. Defiendo el título porque a mí me vino muy bien. Soy un chaval de pueblo que llegó a la Universidad y aprendió a escribir y a hablar como un periodista y adquirió una cultura. A mí me sirvió de mucho porque he dado clases, incluso en la Universidad Carlos III. Creo firmemente en el título, en el conocimiento y la preparación. Pero también, como decía muy abuelo, «el saber no ocupa lugar». Al final, el periodismo es un oficio y también me vino muy bien la universidad de la vida. Reivindico el título, sí, pero hay gente que teniendo el título no se comporta como periodista. Por tanto, no soy amigo de generalizar.

VdC: ¿Cómo valora el papel que desempeñaron los medios de comunicación durante la pandemia y el que prestan día a día?

Creo que estamos muy necesitados de poner el foco en lo que ocurre. Y, sin duda, el periodismo lo hizo, fue muy importante, en la pandemia. Pero en el día a día, a veces se intenta despistar con debates un tanto estériles: que si Ayuso dice que va a pagar las luces o no; que si la corbata sí o no para ahorrar energía… Son debates «cortoplacistas». Al final, hay gravísimas situaciones como la guerra en Ucrania, el deterioro de los servicios públicos, el cambio climático, la sequía, la salud o las personas que no llegan a fin de mes. Hay que poner el foco en asuntos primordiales sobre los que se intenta despistar.

VdeC: ¿Qué mensaje le gustaría transmitir con «No quieren que lo sepas», hasta donde llega el poder?

El libro cuenta asuntos que no nos cuentan en los grandes medios de comunicación relacionado con el poder que puede tener un empresario como Florentino Pérez o por qué quedó impune la corrupción del Rey Emérito; las reuniones de gente poderosa con espías como Villarejo para obtener más poder, dinero y eliminar adversarios. Y es también el «canto» de un periodista que ha sido apartado: Me pasó en TVE pero también en Cuatro, apartado de programas con éxito de audiencia pero sin dejar nunca de hacer mi trabajo. Es un libro que pretende un suma y sigue en una labor periodística, de contar aquello que no nos cuentan.

VdeC: ¿Fue apartado de programas televisivos por ser un periodista comprometido, porque sigue existiendo la «censura»?

Yo concibo el periodismo como una función de contar lo que ocurre y si lo que pasa afecta a gente poderosa como el Rey emérito, hay que contarlo. O si sube la luz hay que contarlo, si hay puertas giratorias en el negocio de la electricidad, de cualquier otro, también. El periodista está para contar, no para achantarse ni ocultar lo que afecta a poderosos. Hay gente que día a día cede al poder y declina su labor de periodista para, al final, ser un palmero de los poderosos. Y yo a eso me niego.

VdeC: ¿Destacaría algún pasaje o capítulo de su libro?

La propia actualidad periodística de cada día muestra asuntos que se cuentan en el libro. Me parece muy interesante destacar la relación de los espías con gente poderosa, aquellos que se relacionaron con espías como Villarejo para eliminar adversarios y alcanzar más dinero y poder.

VdeC: El libro está teniendo muy buena acogida en Galicia, a la que, de algún modo está vinculado

La verdad que sí. En O Barco hubo un lleno absoluto. Vengo mucho a Valdeorras por motivos personales. Mi pareja es de Vigo pero su padre vive en Córgomo (Vilamartín) y aprovecho mi estancia en esta tierra para la ronda de presentación del libro en Galicia.

VdeC: ¿Cómo se definiría?

Como un periodista, sin más, a secas. El periodista tiene que serlo.