El alcalde de Vilamartín detecta que la pandemia se ha convertido en un punto de partida para la dinamización y revalorización de la vida en los pueblos
Vilamartín es uno de los municipios libre de COVID-19. El alcalde, Enrique Álvarez Barreiro, señala que la pandemia ha desatado un incipiente interés por el medio rural. Tal es así, que «ahora hay interés por la compra y arreglo de casas en pueblos de Vilamartín. Se está notando un movimiento en el municipio».
El regidor anhela que la catástrofe generada por el coronavirus haga recapacitar sobre la trascendencia del medio rural. Esta es la oportunidad para la revalorización de los pueblos, tan castigados y abandonados a su suerte durante las últimas décadas.
Enrique Álvarez Barreiro, que siempre dijo que del coronavirus podría nacer una oportunidad para el medio rural, estima que es tiempo de fijar la mirada y la inversión en el campo.
«Yo ya no digo que los que regresan vivirán aquí durante todo el año, pero sí podrían pasar temporadas en el municipio», dice en alusión a las personas que están tratando de reformar o comprar casas en el municipio. El alcalde está convencido que ahora habrá mayor dinamismo. «Es triste que tenga que ser por una situación dramática como el coronavirus, pero estoy convencido que los pueblos se van a revitalizar «, añade Enrique Álvarez Barreiro.
Cita la popular frase «Los pueblos existen» —tan pronunciada y difundida por el vecino de Arcos Carlos López— y esgrime que desde el Concello «vamos a seguir haciendo todo lo que esté a nuestro alcance para que haya servicios y comodidad para los vecinos y vecinas».
Eso sí, con la limitada capacidad que entraña la gestión municipal, porque ahora sí, ahora «aquellos políticos a los que se les llenó la boca de decir que iban a invertir en el rural, deben hacerlo. Este es el momento de que la inversión en el rural pase de una simple promesa electoral a ser realidad», valora.
El rural es sinónimo de calidad de vida, concepto que se respira en Vilamartín. Este municipio además de contar con una posición estratégica —que lo mantiene bien conectado al ser un municipio incardinado en el entorno de la N-120—y estar muy próximo a la cabecera de la comarca de Valdeorras, cuenta cada vez más servicios. El más novedoso y reciente la fibra, tan necesaria cuando el teletraajo se está imponiendo. Ya la hay en el caso urbano de Vilamartín y Valdegodos. El próximo año llegará hasta Arcos, Córgomo, San Vicente y alguna localidad más.
«Hay personas que se marcharon de sus pueblos y están regresando. Aquí hay suelo para construir. Este fenómeno está pasando y quiero pensar que, después de esta tragedia del coronavirus, algo bueno nos quedará».
La vida en los pueblos de Vilamartín acelera poco a poco su pulso con la sensación de libertad que siempre infude la vida en el medio rural.