Trasiego infinito en los cementerios. Las últimas horas han sido un ir y venir constante de personas para la limpieza y adecentamiento de sepulturas, además de su decoración con flores. Un inmenso «tapiz» floral, algo deslucido por la lluvia, rinde su tributo a los difuntos.

Rodillas sobre el frío mármol, aperos de limpieza, jarrones, centros… Todo es poco para que brille la fecha más sentida de los fieles, para acercarse a los que ya no están.

Si las horas previas se tornaron grises por la lluvia, también el espíritu de un grupo de vecinas y vecinos que lanzaron su protesta con sumo disgusto: «Están robando flores». Tal es así, que hasta un agente de la Policía Local se aproximó hasta el camposanto de O Barco.

Este súbito «adelgazamiento» de flores de los centros especialmente elaborados para la ocasión podría tener mucho que ver con la picaresca de confeccionar ramos a costa del ramo del vecino, según los afectados.

En otras localidades como Vilamartín y Veigamuiños —O Barco— , registraron casos similares, mientras que en Petín, desaparecieron jarrones de cristal.
Está claro, ni el Día de Santos se libra de los hurtos, acentuando así el día gris que lo ensombrece.