Álvaro Fernández: «el brote de A Rúa está controlado, pido solidaridad»

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El alcalde dice que la mayoría de la hostelería cumple la normativa pero que hay cuatro locales con sanciones y llama a la implicación de toda la población

A Rúa es uno de los municipios en «observación específica» por parte del Comité Clínico que sigue en Galicia la situación epidemiológica de la COVID-19. El alcalde, Álvaro Fernández, valora esta vigilancia especial como positiva. La crisis sanitaria es cosa de todos.

Afirma que hay 31 casos en el municipio, cifra que oscila ligeramente de un día para otro en función de altas y nuevos casos. Argumenta que en A Rúa el brote está controlado, en tanto en cuanto los últimos casos se produjeron a raíz de la fiesta o fiestas del fin de semana. Pero pide más solidaridad, implicación y compromiso, tanto de aquellos que no ven el peligro del coronavirus como de la pequeña parte de la hostelería que incumple la normativa. Si se ponen más restricciones en A Rúa habrá sido fruto del egoísmo de otros, estima.

No obstante, valora que todos cometemos errores, que no se debe criminalizar a las personas jóvenes, ni a la hostelería ni a nadie y llama a la responsabilidad. Al mismo tiempo, responde a algunas de las críticas de la oposición en cuanto a la aprobación reciente del presupuesto municipal.

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El Comité Clínico no cerrará, por el momento A Rúa, todo dependerá de la evolución epidemiológica

Sí. Se ha tenido en cuenta que el brote de A Rúa ya está cercado y controlado. No es lo mismo varios brotes que uno. Y aquí hubo uno. Buena parte de los casos salieron de la fiesta o fiestas del fin de semana, o de esas fechas, pero no todos los que hay proceden de ahí. Si no fuese por ello, ahora estaríamos en una situación buena. Pero ya que se produce, es preciso ese control. El Comité Clínico está vigilando y me consta que están muy pendiente. Además, hay que confiar en las autoridades sanitarias, que lo están haciendo muy bien. Lo que preocuparía es que hubiera varios focos de COVID-19 y no es así. Se ha rastreado y no hay nuevos brotes. Cada municipio tiene su singularidad y casuística.

¿Qué diría sobre la fiesta o fiestas del fin de semana pasado?

De la treintena de positivos, gran parte fueron a raíz de la fiesta. Pero no todos. Una cosa es los que ya estaban sufriendo la enfermedad, que eran unos cuantos, y otros los que dieron positivo por la fiesta, que fueron una parte. Diría que no hay que criminalizar tampoco a los jóvenes ni a nadie porque todos podemos errar. No soy amigo de «echar leña al fuego». Hay que intentar que no se repita. Es el momento de colaborar: Que la sociedad se involucre con responsabilidad individual y la autoprotección. Y después, si se observa algún incumplimiento, los ciudadanos deben llamar a la Policía Local o la Guardia Civil.

¿Qué le pide a la población?

Sigo pidiendo colaboración. Es un año de sacrificios. No es para andar de fiesta. Si lo que dicen es cierto, pronto llegará la vacuna. Ya habrá oportunidad de fiestas. Hay que pensar primero en los fallecidos, la salud y después en la economía. Es triste que «paguen justos por pecadores»: que el tejido productivo en A Rúa y la economía se vea perjudicado por la irresponsabilidad de unos pocos.

Hay voces que dicen que una parte de la hostelería no cumple la normativa anti-COVID-19 en A Rúa

En general, cumplen. Pero sí es cierto que hay algunos a los que se le ha ido de las manos o no ha hecho cumplir las normas anti-COVID. Hay cuatro locales en A Rúa que han sido sancionados, o que tienen en curso un expediente sancionador, por incumplimiento del horario a raíz de la normativa COVID.

¿Cuántas son esas sanciones a la hostelería?

Pues no sé decir la cifra exacta. Aproximadamente, una decena, pero son a los mismos establecimientos. Algunos expedientes están pendientes de tramitarse porque va a haber un organismo de la Xunta que va a echar una mano a los Concellos en esta materia. Pero tengo que aclarar que antes llegar a las sanciones han sido muy, pero que muy advertidos por parte de la Policía Local. Y vuelvo a decir que no pueden pagar justos por pecadores. No me gusta el «díxome, díxome», pero sí sé que ha habido algunos locales que no contribuyeron a que se cumplieran las normas, ni recientemente, ni al principio de la pandemia, en marzo.

Es triste que a estas alturas haya que recordar que el coronavirus sigue ahí

Los que incumplen en el sector hostelería, por ejemplo, ponen en riesgo el cierre de su propio negocio y el de sus vecinos por hacer algo más de caja. Esto es egoísta. Podría generar restricciones de movilidad a todas las personas del pueblo, cierre del comercio y la hostelería y que no puedan reunirse los no convivientes. ¿Realmente es necesario poner en jaque a todo un pueblo? Al principio de la pandemia no se sabía el alcance real del coronavirus, pero hoy ya sabemos de su letalidad y del impacto negativo sobre la economía.

Cambiando de «tercio», estos días se celebró el pleno de los presupuestos, el BNG le ha reclamado ayudas directas para comercio y hostelería

Estamos ayudando a ambos sectores en lo referido al cobro de impuestos. La Diputación y Xunta sacaron ayudas tanto para hostelería como los autónomos. En A Rúa hubo un buen verano, basta preguntar al sector para constatarlo. Y noviembre siempre ha sido un mes malo para los negocios. La situación es mala para todos. Desde el Concello, la primera forma de ayudar a un negocio es pagándole lo que le debemos. Estamos haciendo un esfuerzo inmenso para afrontar el gasto corriente de servicios municipales, desde la limpieza de edificios, desinfección de calles, personal de servicios etc. Y el BNG lo sabe. He tenido que reinventarme y buscar la fórmula económica para poder pagar la deuda, de más 300.000 euros desde que gobernaron ellos hasta la actualidad, y asumir los compromisos extras. Están tirando piedras contra los que solucionamos el problema. Tenemos recursos limitados.

También le reprochan el recorte subvenciones a las asociaciones

Nosotros fuimos consecuentes. Llamamos a las asociaciones para preguntarles qué necesidades tenían este año, muy inferiores a la de otros debido a la crisis sanitaria. Tienen asignadas unas subvenciones que se les da por un motivo justificado y preguntamos qué necesitaban para ajustar las partidas a la realidad. Y hay que felicitarlas por su colaboración. La oposición nos echó en cara que habíamos condicionado a las asociaciones, cuando no es así. La oposición lo usó en contra nuestra como ha hecho con otras cuestiones.

Dentro del presupuesto municipal también hubo críticas de la oposición a las partidas vinculadas a los salarios

Yo cobro 1.420 euros. La nómina está expuesta a la puerta de la Consistorial para que la población de A Rúa lo vea. Joana Gómez cobra 1050 euros. En total, los dos salarios suman 2.470. Somos dos personas a las que no se nos puede cuestionar el trabajo. Los concejales Raúl y Tere, no cobran y trabajan como el que más. Y lo mismo, Vicente Solarat. Me podrán cuestionar el salario si no trabajo, pero si trabajo me parece muy injusto. No cuento las horas, no tomo vacaciones. El BNG infunde un mensaje engañoso a la población. Es demagogia barata. ¿La portavoz del BNG no cobra como parlamentaria? Que cobre lo que le corresponda, pero que no juzgue a los demás. En cuanto a la partida de libre disposición, son para gastos relacionados con el Concello. Que no manipule la realidad. Me podría cuestionar el salario si no trabajase. Pero no es así.