Salvó a esta aldea de Vilamartín de arder por completo: «No soy un héroe, soy como tantos voluntarios que ayudaron a frenar el fuego en los incendios»
Ahmed es el «salvador» de Cernego que ahora se convierte en leyenda. Este vecino de Marruecos, afincado en la pequeña aldea de Vilamartín de Valdeorras desde hace un año, subió al pueblo andando, desde la estación de servicio de este municipio —en la que trabaja—, después de que vecinas y vecinos fuesen desalojados por la gravedad del incendio que arrasó casas de la localidad.
Su proeza se fue transmitiendo de boca en boca y se llegó a decir que había subido en bicicleta, por la carretera en llamas. Pero él mismo dice que no fue así. Caminó unos 6 kilómetros, entre fuego y humo, allá por donde veía que el acceso era posible y, al llegar a Cernego, a cubos de agua, evitó que el fuego alcanzase las casas que el incendio no había tocado.

«A cubos no se apaga un fuego de esta magnitud, que era muy raro, pero sí que se frena e impide que llegue a las viviendas. Estuve toda la noche sin dormir, echando agua por todas partes sin parar para que el fuego no penetrase en lo que estaba en pie», relata, señalando que a las 5 de la madrugada llegó un coche de Protección Civil.

Ahmed volvería a salvar a Cenego, una y otra vez, sin dudarlo: «Lo hice para salvar mi casa pues es la única que tengo. Si hubiese ardido, me habría quedado en la calle, sin nada. Y ¿cómo iba a dejar arder las de los demás? En un pueblo nos tenemos que ayudar unos a otros», explica, haciendo alusión al sentido de vecindad y a la ayuda y colaboración entre los vecinos.
Aquella noche solo en Cernego, con el sonido del fuego y el humo por los cuatro costados, reconoce que pasó miedo, pero fue más fuerte el impulso de ayudar a frenar el incendio.
Ahmed no es amigo del protagonismo y resta importancia a su gesto que, estima, no es mayor que el de otros muchos voluntarios que han estado al pie de los incendios en Vilamartín y Valdeorras. «No soy un héroe. Hubo muchas personas que arriesgaron su vida, que lo dieron todo contra los incendios. Yo soy solo uno más».
Ahmed, que tiene a su familia en Tarragona (con tres hijos), ha recibido incontables felicitaciones y, sobre todo, las gracias de sus vecinos de Cernego y Vilamartín.
Una historia de los incendios que ejemplifica la implicación y solidaridad en la lucha contra el fuego.












