A Rúa se dejó llevar por la “inmersión”. Vecinos y vecinas se despojaron de su identidad, se bautizaron con nuevos nombres y tomaron parte del “O Camiño inmersivo”, una representación audiovisual en la que los participantes son la pieza esencial del guión. De sus reacciones y respuesta a diversos estímulos dependió el ritmo y la evolución de la historia a grabar.

La experiencia, más allá de la ficción y de los personajes, hizo aflorar las emociones, la risa, el humor, adrenalina e, incluso, removió la memoria dormida de algún participante, al que el sabor a regaliz repartido en la sesión le recordó que hacía 35 años que no lo degustaba.

La inmersión no dejó indiferentes a los que decidieron experimentarla. Fue toda una aventura abierta a la imaginación e improvisación.

Todo comenzó en la Praza do Concello. La primera parte fue la “Cabina de contexto”. Iago De Sant, director de este evento, y su equipo, lanzaron humo de colores para llamar la atención del público.

Después, realizaron “pruebas sensoriales” para determinar las aptitudes de los aspirantes a vivir la inmersión.

Dichas “pruebas” consistieron en colocar a los participantes un poco de “blandiblub” —masa viscosa verde— sobre la palma de la mano, unos cascos sobre las orejas y en formular una pregunta: “¿Qué sientes?”. Hubo respuestas para todos los gustos.

Y comenzó la inmersión. Los y las participantes se enfundaron en batas blancas e interactuaron, de forma improvisada, con los personajes que fueron apareciendo en escena, desde una viajera en el tiempo hasta el propio Rey Alfonso II —el primer peregrino a Santiago de Compostela pues durante su reinado fue descubierto el sepulcro de Santiago Apóstol —.

Fue con Alfonso II, “El casto”, con el que los y las participantes en esta singular inmersión entablaron especial relación. Se plantearon cómo despertalo de su estado de letargo, dieron con la “pócima mágica” y llegaron a rodearlo de plástico sobre su trono para, posteriormente, aprisionarlo con el mismo material. Y todo ello para instar al rey a que revelase su secretos.

Y así fue sucediendo el rodaje del “Camiño Inmersivo”, al que le siguieron dos más en Fontei denominadas ”Porta Máxica” y “Portal do tempo, gran inmersión”.

Los y las participantes sacaron su lado más “inmersivo”. Lo disfrutaron. Y los más “inmersivos” fueron…
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