Viaje al universo artístico de Piquico durante el confinamiento

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Ángel Manuel Rodríguez Romero, o lo que es lo mismo «Piquico«, aprovecha el confinamiento para fundirse con el arte: trabaja su fotografía, pintura, escultura y profundiza en la vertiente funcional de su obra.

La reclusión dice, la lleva bien. Tal vez por eso de que los artistas necesitan de la soledad para el proceso creador.

«Tengo todo el tiempo del mundo», añade.

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El artista, natural de Viana do Bolo y profesor de dibujo en el Instituto Carlos Casares de Vigo (Pontevedra), tiene muy presente, durante este tiempo de aislamiento, el Entroido.

Piquico, lo ha dicho muchas veces, lleva el Entroido dentro, una celebración ancestral que representa todo lo contrario al distanciamiento social que ahora impone el coronavirus. «Me gusta el tema, el color, la idea y el fondo», explica en alusión a la citada fiesta «enxebre».

Estos días, cuenta, se afana en «darle una vuelta, aplicar cambios» a algunas de sus obras.

Y darle la vuelta a las cosas es una buena receta que se puede aplicar a la vida, argumenta.

Vive en Vigo pero adora su tierra, Viana, sobre todo su campo, monte y paisaje, «que me relaja y me deja nuevo», añora.

«Me encanta ir en moto al monte, disfruto como un enano. Pero también aparcarla y pasear monte a través. Hago fotos y medito», detalla Piquico, consciente de que ahora mismo no es posible debido al confinamiento.

Una de las obras en la que está trabajando es en el caballo de los «Xenerais do Ulla», que «o estou interpretando», cuenta.

Sobre los cambios que traerá a la sociedad el coronavirus, considera que repercutirá negativamente en el mundo del arte, que mermará la calidad de vida de muchas personas, que habrá más paro y que, eso sí, mejorará la contaminación en el Planeta.

Estima que podría haber un nuevo orden mundial, que habrá un control masivo de la población por parte de los Gobiernos y que la deuda de los mismos crecerá tanto que «nos tendrán más amarrados y sometidos».

No está de acuerdo en aquello de que el virus es una lección del Planeta para el ser humano, «ya que quienes debían corregir los actos humanos parece ser que no les interesa hacerlo«.

Y se formula preguntas: «Habrá que ver si con esta pandemia la sanidad mejora, después de tantos palos. Parece que se camina hacia una eugenesia preparada estimulada por la pobreza. ¿Sobramos? ¿Las máquinas lo hacen todo? Declive y ocaso de occidente? ¿Cambio de paradigmas? ¿Nuevo orden mundial (NOM)?»…

Realmente, añade, «tampoco reflexioné en profundidad sobre ello, sólo empleo el tiempo en el arte».

La obra de «Piquico» tiene pinceladas expresionistas, que transmite con fuerza para hacer reaccionar.

Al artista le gustan las figuras de animales y el color intenso. En cuanto a su materiales favoritos son la madera, piedra, granito y pizarra para la escultura; y para la pintura, óleo y acrílicos.

La escultura funcional para la decoración también es una faceta que desarrolla desde hace un tiempo.

En definitiva, Piquico en estado puro durante el confinamiento.