Mari Fe Gil Vicente pone en valor el papel de los artesanos desde su tienda y taller de la calle Progreso donde confecciona y vende artículos en cuero, además de ropa y complementos hechos a mano
Trapalladas Artesanía, establecimiento emplazado en la calle Progreso 130 de A Rúa, es un gran escaparate del buen hacer artesanal de Mari Fe Gil Vicente, artesana que regenta este taller y tienda de artículos hechos a mano, principalmente en cuero. Abrió sus puertas hace tres años después de tomar la decisión de fijar su residencia en Roblido, donde tiene raíces familiares, tras una vida en A Coruña. Fue una buena decisión porque «siempre tuve claro que quería vivir en el pueblo. Aposté por la calidad de vida, buscaba la tranquilidad del rural y la encontré, con la ventaja de que es posible trabajar desde el rural», dice.
Artesana de pura cepa, lleva más de 25 años modelando el cuero, labor artesanal que desarrolla con su marido. Ambos comenzaron de forma autodidacta porque «nos gustaba». Acudía con las piezas artesanales a festivales y ferias los fines de semana, compaginándolo con otro empleo. Al final, se decantó exclusivamente por la artesanía.
La acogida de Trapalladas Artesanía en A Rúa y Valdeorras fue muy buena. «Me llevé una grata sorpresa. La gente tiene mucha curiosidad al ver que cuento con artículos diferentes y se ha interesado por mi tienda», cuenta.
Aquí es posible encontrar todo tipo de artículos y complementos en cuero (y otros materiales) como bolsos, carteras, cinturones, calzado, pulseras, pendientes, colgantes, fundas de instrumentos musicales, fundas de teléfonos móviles, mochilas de caza e, incluso, elementos de las figuras del Entroido como las polainas de los Boteiros y las cintas de los bombos de los Folións. «Cada año trabajamos más piezas para los instrumentos y los trajes del Entroido», puntualiza Mari Fe Gil Vicente, destacando que «estamos abiertos a todo, a lo que nos pidan pues el cuero tiene muchas posibilidades y usos».
El material empleado es de primera calidad. «El cuero es gallego. Lo elegimos y seleccionamos mi marido y yo. Lo hacemos todo a mano, desde el patrón hasta el cosido final, no utilizamos máquina de coser ni aparatos para el canteado. Es un proceso cien por cien manual y artesanal», explica.
Es un establecimiento único en sus características en Valdeorras en su apuesta por visibilizar y poner en valor la artesanía. Además de los artículos citados que realiza en cuero, hay otros en diversos materiales y hasta la ropa que tiene a la venta es hecha a mano, con tintes naturales, en algodones y seda y llegada directamente de otros países como la India, principalmente en estilo boho.
Además de los artículos citados se puede encontrar otros de decoración de diversos países como lámparas de Tailandia, bereberes (Marruecos), de cristales de Turquía, artesanía en madera de Bali, espejos, portalámparas, cubrepuertas, caminos de mesa bordados a mano de India. «Son difíciles de conseguir y no se ven en otras tiendas», explica.
La filosofía de Trapalladas Artesanía es natural y sostenible. La tienda está diseñada con elementos naturales, desde las maderas de bambú del escaparate hasta los expositores de troncos y restos de la naturaleza. Y hasta cuenta sus propios diseños a la venta como un colgante realizados con los cristalitos pulidos que arroja el mar en las playas. «Soy partidaria de reutilizar los materiales de la naturaleza. Por poner un ejemplo, tenemos collares con piedras naturales hechos aquí».
En Trapalladas Artesanía también hay una ventana abierta a los artesanos de Valdeorras, donde muestra una representación de piezas de algunos de ellos. También tiene una sección destinada a prácticas como el yoga, con incienso, y hasta un tambor de lengua (hang drum) del Tíbet.
Mari Fe Gil Vicente reivindica el papel del artesano como antiguamente, que «era considerado un maestro». Desde su establecimiento en A Rúa trabaja para poner en valor la artesanía, en el lugar que le corresponde, una labor que no tiene precio.