Abril comenzó con el peor enemigo de los viticultores y temen que vuelvan a producirse pérdidas como en 2017
Las heladas han causado daños en viñedos de la Denominación de Origen Valdeorras. En A Rúa, algunos viticultores inspeccionan este fin de semana sobre el terreno, palmo a palmo, el alcance, que salta a la vista: Brotes quemados que llevan a pronosticar una cosecha menor.
El daño podría ser aún mayor si se cumplen las previsiones meteorológicas. «La noche de este domingo se avecina como la peor», dice con preocupación un viticultor y bodeguero de A Rúa.
En un paseo por entre viñedos se aprecia como en cada cepa hay yemas aniquiladas entre otras que han resistido al accidente climático más temido por los viticultores.
El impacto es desigual, teniendo en cuenta la zona e intensidad de las heladas, y trae a la memoria el año 2017 uno de los peores para el vino debido, entonces, a una helada del 27 de abril que arruinó en más del 90 por ciento la producción.
Las heladas son letales para el viñedo en la primavera, el momento en que las plantas están comenzando su actividad.
Habrá que esperar unos días para conocer el verdadero alcance. Los viticultores cruzan los dedos si bien «está claro que, en principio, habrá menos uvas», sentencian.
