Larouco, donde las campanas aún se tocan a mano

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El toque manual acaba de ser declarado Patrimonio Cultural Inmaterial por la Unesco

El toque manual de las campanas acaba de ser declarado Patrimonio Cultural Inmaterial por la Unesco. Supone un reconocimiento a una práctica que se desarrolla desde tiempos inmemoriales y que debe ser preservada. Larouco es una de las localidades donde todavía suenan las campanas. No hay campanero al uso, pero sí la antigua tradición de tocar las campanas, una tarea que asume un grupo de vecinas y vecinos cada vez que hay una celebración, una misa, una procesión o un entierro.

Eso sí, el saber de antaño, con aquellos tañidos con lenguaje propio, ya no se conserva. «Antiguamente, cada toque era distinto. Si era un festejo sonaban de una manera, si había un entierro, de otra. El sonido era diferente en función del acontecimiento y todo el mundo identificaba lo que anunciaban las campanas. Pero hoy se tocan, sin más», cuentan vecinas de Larouco.

Así suenan las campanas en Larouco (las toca Fina Feijóo)

Fina Feijóo, vecina de Larouco, es una de las mujeres que toca las campanas. Afirma que, basta con tirar de una cuerda habilitada a la entrada de la iglesia de Larouco, de modo que no hay que subir al campanario. «Simplemente las hacemos sonar, sin más, pero al menos se conserva la tradición. Son varios vecinos y vecinas los que las tocamos», cuenta.

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La tradición ha ido languideciendo en muchos pueblos y lugares, sustituida por la mecanización. La declaración de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad pretende ser el punto de partida para que no se pierda esta tradición por aquéllo de que un pueblo sin sonido de campanas no es pueblo.

En Larouco, el sonido de las campanas es completamente con toques manuales que, por el momento, seguirán vivos.