
Calantornias y cabezudos volvieron a desfilar por las calles de O Barco de Valdeorras durante las fiestas grandes de O Cristo, acaparando la atención y las miradas de vecinos y visitantes. Niños y adultos quisieron fotografiarse con estos personajes que forman parte de la tradición de las fiestas. Pero ¿quiénes son las personas que dieron vida y movimiento a las máscaras más ancladas en el sentir popular?
Bajo la “piel” de las Calantornias (gigantes) estuvieron Joaquín Paradelo Carracedo (“Xocas”), que lleva años portándolas, y su hijo Juan Ramón Paradelo Pérez, que en este caso era la primera vez que desfilaba.
Joaquín Paradelo, el más veterano y con más experiencia, explica que sacar la Calantornia no es tan sencillo: “cansa mucho, se suda, pues en el interior hace calor. Y si no llevas el equilibrio, puede caer al suelo. Para los ojos hay como una especie de mirilla que no siempre coincide con los de uno, depende de la altura de cada persona, aunque se ve a través de la tela”.

Para Joaquín Paradelo llevar la Calantornia simboliza algo muy especial: “me hace sentir protagonista de la fiesta; parte de la misma; siento que colaboro con ella, que hice algo por esta celebración. Para mí no es sólo disfrutar de las fiestas sino implicarme. Y la Calantornia es una buena forma de involucrarse”.
“Xocas” recuerda que “cuando era pequeño, hacíamos cola para coger los cabezudos. Había muchos candidatos. Las cabezas estaban en un local situado al lado de la Plaza de Abastos y se peleaban unos con otros para poder ser los cabezudos. Para nosotros era una cosa extraordinaria, era lo máximo”.

Y los protagonistas que se enfundaron en las caretas e indumentaria de los tradicionales cabezudos son Mencía Roza Real, Amadeo Real Tato, Tirso Corzo Fernández, Mauro Docampo Gacio y Mauro Fernández. Para la mayor parte de ellos era la primera vez, resultando una experiencia divertida y, sobre todo, muy positiva.

“Pesa un poco la careta y se suda. Pero eso no es ningún inconveniente. Nos gustó mucho; nos gustó todo, principalmente asustar a los niños, esto lo que más nos entusiasma y en algún caso lo conseguimos”, coincidieron en apuntar.
El día grande de la fiesta, el 14 de septiembre, todos ellos ayudaron a conservar un trocito de historia de las fiestas grandes de O Cristo.



