Javi Ferrer coordinador del CD Rúa: “Tenemos 180 fichas de jugadores”

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El CD Rúa vive uno de los momentos más dulces en cuanto a su número de jugadores, procedentes de toda Valdeorras y las comarcas limítrofes de Viana y Trives

En A Rúa, el fútbol base vive una etapa de crecimiento y consolidación, a pesar de las dificultades estructurales. El campo de O Aguillón, centro neurálgico de la actividad futbolística ruesa, presenta unas condiciones que dejan mucho que desear provocadas por años y años de uso. Aunque hace poco se adecentó con marcador, el terreno está más cerca de provocar una lesión que de permitir una práctica deportiva segura. Sin embargo, hay buenas noticias: El Concello parece decidido a intervenir para mejorar las instalaciones.

A nivel de cantera, el club ha experimentado una evolución notable, así lo explica Javi Ferrer coordinador de la base del Club Deportivo Rúa. Hace poco más de una década, la base llegó a desaparecer, situación que lastró a la entidad durante años, a pesar de ocurrir solamente durante una temporada. 

Hoy, la realidad es completamente distinta. Se estima que hay alrededor de 180 fichas entre el equipo sénior, la base y la escuela municipal, una cifra muy positiva para una localidad como A Rúa. Además niños rueses, también se suman jóvenes promesas procedentes de O Barco, Vilamartín y Manzaneda. 

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Aunque ha disminuido la participación de jugadores de Viana do Bolo y Trives —debido al auge del fútbol sala en esas zonas—, el ambiente sigue siendo muy positivo. “Lo fundamental es que quienes están, vengan contentos” explica Ferrer.

La estructura deportiva actual contempla la posibilidad de contar con dos equipos en categoría cadete y otros dos en infantil. En juveniles, pese a contar con muchos jugadores nuevos y ciertas limitaciones deportivas, el rendimiento está siendo notable. 

En cadetes, este año, en palabras de su entrenador, Ferrer, destaca el buen trato con el balón y el aporte de las nuevas incorporaciones. Los infantiles A por su parte lucharon por la permanencia en la liga interprovincial, categoría que los llevó a enfrentarse a equipos como el CD Lalín (Pontevedra),  mientras que el equipo B también ha mostrado un rendimiento muy prometedor. Además, se está trabajando para formar dos equipos alevines.

Uno de los retos que se plantea el club es recuperar el tercer día de entrenamiento para el fútbol 11 como ocurría antaño, una medida clave para seguir avanzando en el objetivo de alcanzar la Liga Galega. En este proceso, el papel de los entrenadores es fundamental: «Lo importante es que traten bien a los niños», subrayan desde la entidad.

Los desplazamientos, a diferencia de las ciudades, representan una de las principales dificultades logísticas. En fútbol 8 ya no se dispone de autobuses, y todo recae en la colaboración de los padres. En fútbol 11 apenas se mantiene un autobús al mes, pese a realizar dos salidas. “Lo de los viajes es un lastre”, reconocen desde el club, y critican a los clubes foráneos que se quejan de los desplazamientos: “Nosotros lo hacemos siempre”.

En cuanto al uso de las instalaciones, aunque se comparte el campo, los equipos logran organizarse. Benjamines y alevines tienen siempre medio campo disponibles, mientras que los infantiles modificaron sus horarios para entrenar en el campo completo. “Aquí quien quiera entrenar va a tener campo para ello. Ojalá en un año tengamos el césped artificial nuevo”, añade Ferrer.

En la categoría sénior, el inicio de temporada fue complicado. Tras un mal año en Primera Autonómica, donde cinco juveniles tuvieron más peso del esperado en una categoría muy dura, el club asumió que necesitaba una base más sólida. Se intentó incorporar a Manolo Pérez, con buen historial en el CD Barco y Ponferradina, pero finalmente no pudo concretarse por motivos laborales. La apuesta inicial no funcionó como se esperaba, la de Heri Broco, y por ello se decidió cambiar el rumbo. Ferrer y Bolo tomaron el mando del equipo, logrando buenos resultados con una plantilla comprometida.

Ahora el objetivo es claro: Terminar de eludir el descenso a Tercera Galicia. Esta situación parece poco probable ahora mismo, aunque el foco continúa en sumar puntos cuanto antes y escalar lo máximo posible en la clasificación. Por ahora, el equipo cumple con la meta mínima de mantenerse ocho puestos por encima del descenso, pudiendo escalar 1 o 2 puestos más en las últimas jornadas.