Enrique Álvarez: «mi deseo es poner en valor los pueblos de Vilamartín»

Enrique Álvarez Barreiro
Publicidad

El alcalde valora 2020 como un año triste, pero mantiene la ilusión viva para seguir trabajando por el municipio

El alcalde de Vilamartín, Enrique Álvarez Barreiro, despide 2020 con una sensación amarga, tras la reciente pérdida de su teniente de alcalde, José Luis Álvarez Álvarez. «Además de amigo era familia. Se fue un punto de apoyo muy, muy importante», dice con pesar. Éste ha sido un año triste, desde el punto de vista personal, pero también aciago por la pandemia.

Ello no ha sido óbice para cumplir con su cometido al frente del Concello. Ha estado muy atento a los proyectos, obras y necesidades del municipio en la búsqueda continua de mejorar la calidad de vida y servicios. Y a pie de calle, para desplegar su ayuda en el entorno, también en los momentos más duros de COVID-19.

Enrique Álvarez Barreiro, tal y como ha hecho desde el primer día que asumió las riendas del gobierno local, ha promovido en primera persona los encantos de su municipio, el medio rural, el paisaje, rutas de senderismo, naturaleza, dando un paso más allá de lo meramente institucional. No en vano, su faceta artística contribuye a dinamizar los recursos y magia de esta tierra, también en forma de fotografías.

Publicidad

Claramente defensor de la revitalización de los pueblos, su apuesta es dotarlos de todas las mejoras posibles, en su objetivo del renacimiento del rural, aún cuando no siempre sea posible por aquello de que los recursos son limitados. Su «espinita clavada» es la impotencia de ver cómo pasa el tiempo y el arreglo de la carretera de San Vicente nunca llega.

Alcalde del PSOE, Enrique Álvarez no es amigo de las siglas políticas para ejercer su tarea al frente del Concello. Opina que las administraciones no deberían tener en cuenta el color político. «No sé por qué tiene que ser un esfuerzo adicional gobernar un Concello cuando eres de un partido u otro. Me considero una persona de izquierda, pero esto no quiere decir que no aprovecharía muchas iniciativas de la derecha también», afirma en alusión a que «cualquier alcalde debe contar con todas las ideas que supongan un bien para los vecinos».

Enrique Álvarez da la bienvenida a 2021 con el deseo de que pasen los tiempos de COVID y el firme compromiso de seguir apostando por el rural.

¿Cómo despide 2020?

Un año triste desde el punto de vista personal. El fallecimiento del teniente de alcalde fue horrible. Son cosas de la vida, no se puede luchar contra ello. Además de amigo era familia, una persona muy relevante, un punto de apoyo muy importante. También la pandemia marcó el año.

Publicidad

¿2020 sido un año fructífero en obras?

Se hicieron obras. No son ni pocas ni muchas. Ojalá pudieran ser más, pero los medios son los que son. Algunas de los planes provinciales se fueron retrasando como las del arreglo de calles en San Vicente —desde el barrio de abajo, A Aldea, hasta Os Chelos—. Pero es invierno y esto las condiciona. También se realizó en Arcos un tramo de la Calle Real que va desde A Calzada hasta la plaza del pueblo y en Córgomo (desde la Plaza hasta el barrio de A Cruz). Con esto quedan finalizadas estas dos calles centrales en los dos pueblos. Y continúan las obras.

¿Cuáles están previstas en 2021?

Las del año que viene se centrarán en Correxais. El proyecto ya está puesto a disposición de Patrimonio para que de el visto bueno. Hay que aclarar que este año, el Concello no aporta nada a los planes provinciales, aporta la Diputación los 48.000 y se va dedicar a esta obra en la primavera del año que viene. El Concello hará otro tramo de una calle en Correxais. Después, le tocará a Cernego. Y así sucesivamente. Además, con nuestros propios medios hicimos una calle en Arcos y acabamos de aprobar en el último pleno 40.000 euros para poder finalizarla. Consistirá en la dotación de aceras y el aglomerado. También se hizo la Plaza en Arnado y el Centro Social, que aún queda por finalizar. De hecho, acabamos de aprobar una partida para ello. Ahí nos falta por rematar la plaza, la zona de aparcamiento, el parque infantil y los dos pendellos faladoiros, que se hará en la primavera del año que viene.

El regreso a los pueblos

¿Apuesta clara y decidida por el medio rural?

Apostamos desde el principio por el medio rural. Cuando llegamos al gobierno local no había ni un solo pueblo que tuviese la calle central como Dios manda. Queremos acabar durante esta legislatura todas las calles principales de los núcleos de población. No sé si lo conseguiremos, pero lo vamos a intentar hasta el final. Además, estamos incorporando con la fibra, que ya se puso en Vilamartín y Valdegodos y se está poniendo en Córgomo. Además, se llevará a Baxeles, San Vicente y Arcos. Y quedaría pendiente Portela, Valencia do Sil, Arnado, Penouta y San Miguel, entre otras localidades.

Este año con la pandemia hubo una vuelta al rural, ¿es Vilamartín uno de los municipios agraciados con nuevos habitantes?

Entendemos que el rural más que nunca empieza a resultar atractivo. Es importante contar este tipo de servicios. Esto va a hacer que haya gente que se interese por nuestros pueblos y, de hecho, ya está pasando. Hay gente que está viniendo a vivir al municipio, si no definitivamente, sí de forma intermitente, algo que es agradable y por lo que tenemos que seguir luchando. Tenemos la suerte de estar en medio de Valdeorras, a 5 minutos de A Rúa y de O Barco. Y el pueblo que más lejos está es Robledo. Tenemos que seguir trabajando para poner a punto las carreteras.

El protagonismo del castro de Valencia do Sil

Vilamartín ha sido protagonista indiscutible en 2020 desde el ámbito arqueológico y patrimonial y el castro de Valencia do Sil volvió a destapar los tesoros que lleva dentro

En 2021 volveremos a apostar por el castro. Nosotros creemos de verdad que tenemos que desenterrar la historia, que tenemos que cuidar nuestro pasado que es, a su vez, parte de nuestro futuro. Tenemos un montón de cosas que hay que ir poniendo en valor, pero los recursos hay que repartirlos entre todas las necesidades del municipio. Me gustaría que cualquiera que venga detrás no deje de lado el castro de Valencia do Sil porque el patrimonio es importante.

¿Cada vez hay más constancia de la importancia de la arquitectura rural?

Tenemos iglesias, el Convento de los Trinitarios, pazos de Portela etc. Tirando del hilo del vino, que también es importante para el municipio, hay gente que se está dando cuenta que recuperar la arquitectura tradicional es el símbolo, su marca. Y me parece genial que la iniciativa privada lo tenga en cuenta pues es una forma de que los pueblos no mueran. Están poniendo en valor nuestro municipio. Y esto merece tenerlo en consideración.

Al final no llegó el arreglo de la carretera de San Vicente…

No. Habría que preguntarle a la Diputación, que ya no sabemos si las va a ejecutar o no. Estamos hartos de manifestarnos y de decir lo que pensamos sobre este tema. La respuesta siempre es «estamos en eso».

No es fácil ser alcalde, hay que luchar contra viento y marea. Pese a este año tan aciago, ¿conserva la ilusión?

Es cierto que hay que luchar. Quieres hacer las cosas, tienes las ideas y las ganas. Pero es complicado conseguir subvenciones, ponerse de acuerdo, incluso juegan a favor en contra las siglas políticas, algo que no debería ser por parte las administraciones. Para mí sigue siendo ilusionante. Y más aún cuando se consiguen cosas con lo mínimo. Esto te da más fuerza para seguir. Nosotros lo conseguimos sin tener prácticamente nada. Hicimos obras con presupuestos de 90.000 y conseguimos hacerlas por 30.000. Y cito un ejemplo: la traída de agua de Valdegodos. Racionalizando el gasto, empleando nuestra maquinaria, personal, estando siempre con ese encaje de bolillos para conseguirlo. Esto nos motiva aún más pues con muy poco conseguimos haciendo cosas. Esto es ilusionante siempre. Pero ello no significa que quiera seguir en la Alcaldía eternamente.

¿Cuál es su deseo para 2021?

Que el coronavirus se vaya, esto es lo primero, que la vacuna funcione. Esto hará que la gente se vuelva a animar y que resurja la economía. Cuando pase, todo volverá a su cauce. Con respecto a nuestro Concello, deseo que podamos continuar en la línea iniciada y con toda la fuerza para que los pueblos no mueran, ponerlos en valor y despertar aquí la vida.