«El castro de Valencia podría ser el hilo conductor para poner en valor el patrimonio de Valdeorras»

Enrique Álvarez Barreiro
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Enrique Álvarez cuenta que O Barco evalúa cómo participar del proyecto que desarrolla el Concello de Vilamartín en torno al yacimiento , abierto a la comarca

El castro de Valencia do Sil seguiría «dormido» bajo tierra de no ser por la apuesta realizada por el Concello de Vilamartín. Este rincón de la geografía del municipio se ha revelado como una pieza de gran valor desde el punto de vista patrimonial que, como tantas veces se ha reiterado, abarca unas 3,5 hectáreas de las que sólo el 5 por ciento está excavado.

Las excavaciones, las más recientes ejecutadas por Sputnik Labrego, han ido dando sus frutos, sacando a la luz lo que podría calificarse el principio de la historia de este complejo yacimiento. Edificaciones, la delimitación de zonas domésticas y de forja; monedas, ánforas, cerámica etc. son hallazgos que apuntan ya hacia una estructura social muy organizada cuyas incógnitas prometen porque el estudio no ha hecho más que empezar.

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El alcalde, Enrique Álvarez Barreiro, lo tiene muy claro. Las excavaciones continuarán. En el presupuesto municipal del presente ejercicio destinó 18.000 euros a las nuevas prospecciones, si bien «hubo que gastar algo más pues fue preciso la intervención de la brigada para desbroces y limpieza», aclara. El año que viene habrá, de nuevo, partida económica para seguir con ello.

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Visita realizada en septiembre al castro de Valencia do Sil

También dará continuidad al convenio con la Universidad de Santiago para que alumnos de Arqueología sigan haciendo sus prácticas en Valencia do Sil.

Pero esta iniciativa abre la puerta a otros ayuntamientos de Valdeorras. El alcalde de Vilamartín avanzó que el Concello de O Barco evalúa cómo sumarse a esta iniciativa para ejecutarla conjuntamente. «Todavía no es un compromiso, sino una idea. Tienen inquietud por este tema y se evaluará cómo se podría ejecutar conjuntamente», matiza.

Álvarez Barreiro recuerda que cree firmemente en que los avances se consiguen «remando juntos». Y Valdeorras tiene un potencial extraordinario que debe llegar a «buen puerto» para situar sus recursos arqueológicos en el lugar que corresponde.

«En Valencia do Sil tenemos algo que los expertos dicen que tiene mucha importancia, pero otros concellos tendrán otros recursos tan importantes. Se puede buscar, por ejemplo, una fórmula para hacer un convenio con la Universidad de Santiago donde los alumnos puedan venir a Valdeorras a hacer sus prácticas arqueológicas. Nos parece interesante y también a O Barco. Es una idea, pero si otros concellos estuviesen dispuestos, pues bienvenidos», expresa Enrique Álvarez.

Para trazar ese nexo en Valdeorras, tomando como hilo conductor del castro de Valencia do Sil, argumenta que es importante que sean los técnicos los que «nos guíen».

Recuerda que O Barco también cuenta con el yacimiento de O Castro. «Sputnik Labrego vio que pudo existir alguna red comercial y conexión entre estos castros. Hay que buscar la conexión entre ambos, ser capaces de demostrar que eso existió así y aprovechar esa coyuntura como comarca de Valdeorras para tirar por ahí. Si los técnicos siguen esa línea, los políticos tenemos que ir detrás para hacer fuerza», expone.

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Antes de llegar al futuro del castro de Valencia do Sil desde el punto de vista turístico es preciso la protección del castro. Por ello, el alcalde encargó la redacción de un plan director al arqueólogo Santiago Ferrer «para que nos diga cómo vamos a protegerlo y qué criterios hay que seguir para ponerlo en valor».

UN FUTURO «MUSEO»

Los restos hallados en el castro de Valencia do Sil fueron trasladados al Museo Arqueológico Provincial, siguiendo el procedimiento habitual. Sin embargo, no se descarta que con el tiempo puedan regresar a Vilamartín. «Es viable, siempre y cuando pongamos un espacio dotado de condiciones especiales, entre ellas de seguridad. Y esto depende de la elaboración de un proyecto», esgrime Álvarez Barreiro.

La idea es adecuar la parte alta del Centro Social de Valencia do Sil, «que es un espacio reducido, para que los hallazgos se puedan exponer. Pero si tuviera mucha repercusión nos podríamos replantear comprar una casa en Valencia que reúna estancias más amplias. Se irá viendo», cuenta.

Finalmente, Enrique Álvarez Barreiro muestra su preocupación por la expoliación del castro de Valencia, tanto la intencionada, «pues ya lo han intentado amigos de lo ajeno», como aquella involuntaria, «cuando se se pisa y se deshace en la zona». De ahí, las iniciativas anunciadas para su protección y conservación.

Vilamartín no dejará perder la oportunidad que brinda la arqueología para profundizar más en su historia y la de Valdeorras. En definitiva, es también una apuesta por poner en valor el patrimonio arqueológico de la comarca.